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El Discurso del Rey 25 dic 2013 09:13 Placido Guardiola

«Curiosas ausencias y presencias»



Lo siento Majestad, pero pese a mi interés anoche no pude seguir su discurso. De entrada, no fue tarea fácil hacerme con el mando e imponer mi férrea y decidida voluntad de ver un año más su clásico mensaje de navidad, ante las protestas del personal que descalificaban la decisión con expresiones como: ¡Vaya coñazo! ¡Qué esperas que diga! ¡Otra vez no por favor…! A pesar de todo ello, allí estuvo presente su mensaje durante los 12,20 minutos que duró.
Vano esfuerzo el mío, pues ni siquiera mi interés por sus palabras, consiguieron que mantuviera mi atención en su mensaje. ¿Qué quiere que le diga Majestad? Me parecía tan cuidado, medido, estudiado, prudente, esperado… que por parecerme, me pareció más de lo mismo. Le aseguro que me era difícil prestar atención al busto parlante que aparecía en aquellas imágenes, a pesar de los cambios de planos , excelente iluminación y cuidados detalles que en segundo plano aparecían (nacimiento, foto de familia, jardines de la Zarzuela escultura y flores de pascua incluidos…), nada conseguía mantener mi atención y mi sentido se iba más bien a los platos que se sucedían en mi mesa o los comentarios de los míos sobre cualquier banalidad mundana. Tanto es así, que he tenido que buscar su discurso en YouTube y hacer el esfuerzo  obligándome a verlo de nuevo para comentar este artículo.
Veo ahora que hubieron ausencias en sus palabras de anoche Majestad, algunas muy notorias ,pues no se refirió, como en tantas ocasiones, a la reina ni a su familia; sin embargo dedicó especial atención a los jóvenes que no encuentran trabajo, a los parados, a los pequeños empresarios, a los que no tienen vivienda o la han perdido, por su puesto a las víctimas del terrorismo. Entre sus ausencias me llama la atención su no mención  acostumbrada  a las Fuerzas Armadas, está vez prefirió el genérico de servidores públicos en el que nos incluía a todos los funcionarios.
En su discurso una idea central, con la utilización de varios significantes en torno a la Unidad: “unir”, “unidos”, “lo que nos une”, “juntos”… Curioso que, en su discurso, haga tanto hincapié en la unidad y nunca diga expresamente “Unidad de España”, a la que supongo que se referirá. Es más, tuvo un guiño para los que no están por ella al referirse a esa unidad del país “dentro de su diversidad”. ¿Cree de verdad Majestad que a éstas alturas de la enfermedad sirven estos ungüentos y cataplasmas?
En la parte final de su discurso,  su Majestad asume el papel humilde que le reserva la Constitución, se une el primero a la transparencia que debe presidir la vida pública e invita a todos a seguir en la brecha. Hasta se declara consciente del clima social y de las voces discordantes: “…hay voces en nuestra sociedad que quieren una actualización de los acuerdos de convivencia”, ““…una sociedad española que reclama hoy un profundo cambio de actitud y un compromiso ético en todos los ámbitos de la vida política, económica y social”. ¿Es consciente su Majestad que la institución que preside es la que primero debe dar ejemplo?
Lo siento Majestad pero su discurso, sus palabras, me suenan a estas alturas de la vida (comprenda que llevó más de 50 mensajes navideños al cuerpo, los últimos treinta y tantos suyos), a más de los mismo. Me parecen discurso hueco, un tontuno califal heredado desde tiempos inmemoriales en donde todas las navidades el Jefe del Estado, el Presidente Autonómico o cualquier otro gerifalte que se precie, tiene que darnos la vara un ratillo con sus buenos deseos para que todo, absolutamente todo, siga igual un año más.

1 comentario :

  1. El no citar expresamente la unidad de España equivale a negarla, puesto que en el discurso del Rey la cita parece obligada. Es probable que esta clamorosa ausencia se deba a la voluntad del Gobierno -ahora del PP, otrora del PSOE- dados los interesados prejuicios y cobardía de los gobiernos frente al nacionalismo vascocatalán

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