Desde que ayer publicara el diario El Mundo un artículo sobre el libro de Pilar Urbano anda el país en ascuas; como de costumbre, dividido en dos facciones. Por un lado, los que condenan a la periodista de oportunista que para vender y promocionar su libro por contar, en estos momentos (a unos días del fallecimiento de Adolfo Suárez), las confesiones que el expresidente le hiciera en su día sobre el golpe del 23 F. Por otro lado están los que alaban el que se vaya sabiendo la verdad ven a Pilar Urbano como una periodista valiente que desvela, cumplido el compromiso que adquirió con el confidente. En esta ocasión me encuentro fuera de ambas facciones: De la primera, porque nunca me terminé de creer que el Rey fuese ajeno totalmente a lo que se traía entre manos su amigo y preceptor además de secretario de la Casa Real Alfonso Armada. De la segunda facción, me encuentro más cerca, sólo que a mi no me ha causado tanta sorpresa, simplemente la lluvia de Pilar viene a calar un campo suficientemente regado y fecundo fruto de otras lecturas y confidencias que conocía y señalan en la misma dirección. Prueba de ello es la anécdota de la encerrona militar en zarzuela que ya les adelanté en mi anterior articulo «Cuanto cariño y qué pocos votos, Adolfo Suarez».
Lo singularmente novedoso es ver ahora en palabras de Adolfo Suarez la contundencia que tuvo el enfrentamiento de este con el Rey en aquellos días. Hay párrafos en la entrevista a pilar que se reproducen en su libro que te dejan la piel de gallina, especialmente la referido a la contestación del Rey cuando Adolfo Suárez le hace ver que el está allí porque le han votado seis millones de españoles y este le contesta:
«Tú estás aquí porque te ha puesto el pueblo con no sé cuántos millones de votos... Yo estoy aquí porque me ha puesto la Historia, con setecientos y pico años. Soy sucesor de Franco, sí, pero soy el heredero de 17 reyes de mi propia familia. Discutimos si OTAN sí u OTAN no, si Israel o si Arafat, si Armada es bueno o peligroso. Y como no veo que tú vayas a dar tu brazo a torcer, la cosa está bastante clara: uno de los dos sobra en este país. Uno de los dos está de más. Y, como comprenderás, yo no pienso abdicar».
Aporta algunos detalles más el artículo de El Mundo que no voy a reproducir, léanlo, pues merece la pena, seguro que si lo hacen y vieron el famoso programa de Jordi Évole titulado «Operación Palace» sobre el 23_F ahora no creerán que es de tanta ficción como se dice al final del mismo.
El 23-F tuvo una trama civil y militar y estuvo dirigido por un elefante blanco que ya comienza a desvelarse. En aquel acontecimiento hubieron varios golpes, primero la trama Armada en la que Pilar Urbano desvela el conocimiento y dirección del Rey a través de las conversaciones de Suárez, el de Armada por su cuenta y el que nadie esperaba; el del teniente Coronel Tejero, quien cabe no olvidar que entra en las Cortes al grito de: “¡Paso, en nombre del Rey!” pues eso es lo primero que dijo cuando entró, luego añadió lo del «¡Se sienten coño!». Está claro que su primer grito lo llevaba aprendido de la cartilla de Armada, el segundo de su cosecha, y cuando se enteró de la propuesta de un gobierno de concentración nacional por boca del propio Armada, dijo aquello de: «¡Para esto, no he dado yo un golpe de Estado». Finalmente resultó que el único golpista integro que había entre aquella maraña de golpistas era él, sólo que los demás hacían lo mismo pero no querían reconocer que lo que hacían era dar un Golpe de Estado.
Al Elefante blanco, no por él sino por lo que representa, nadie le reprochó nada y muchos entre ellos Suárez han guardado silencio por patriotismo o por sentido de Estado, han contribuido al mito que todos queremos creer: Que una madrugada nos liberó de las garras de un golpe militar; pero la historia debe escribirse como sucedió.
Quienes creen que Pilar Urbano mancilla el nombre de Suárez al publicar esto cuando él no puede defenderse, sólo decirles que esto que cuenta Urbano, engrandece la figura de Suárez como la de un gran vasallo al servicio de su Señor, pues como el mismo Adolfo Suárez dijera en vida: «Debo proteger al Rey del Rey mismo».
Espero que con el tiempo vean la luz los muchos escritos que ha dejado Adolfo Suarez, que se vallan aclarando todos los detalles que oculto el juicio a los implicados del 23-F. Lo espero, al igual que espero el día que se desvele el otro gran caso de nuestra historia reciente, el 11-M y salgan los detalles que otro gran juicio quiso enterrar para siempre.