Jamás he tolerado ni perdonado las mentiras piadosas, siempre me parecieron horribles por cuanto; en el mejor de los casos, quien te miente lo hace pensando que tu no serás capaz de enfrentarte a los males que se ciernen contra ti; en el peor, lo hace exclusivamente por su propio interés o por intereses ocultos. En el fondo, sea por el motivo que fuere, te tratan de incapaz, de ser un menor falto de razón y juicio.
De ahí que no perdonase al Gobierno saliente sus muchas y reiteradas mentiras, primero con los famosos «brotes verdes» que jamás vieron la luz. Después con el «ya hemos tocado fondo» y seguíamos cayendo en picado y, finalmente «comenzamos a remontar» mientras nos hundíamos en la más absoluta miseria.
Por el mismo motivo no podría perdonar ahora al nuevo Gobierno de Rajoy que haga lo mismo . Si recuerdan el debate electoral cuando Rubalcaba intentó por activa y pasiva arrancar de Rajoy que iba a recortar prestaciones y subir los impuestos, lo más que consiguió de este último fue un «no está en mi intención subir los impuestos». No estaría, pero lo ha hecho, aun cuando no tenga más remedio.
Como a todo el mundo, me molesta que me detraigan dinero de mis ingresos, pero me molesta más si cabe que me mientan. Reconozco que tampoco es una sorpresa, ya que lo esperaba y temía. Si a todo ello le añadimos la mentira, me parece recochineo.
Soy consciente Sr. Rajoy que no le concedo los cien días de cortesía, lo lamento créame, pero las cosas no están para concesiones y mal comienza su Gobierno haciendo lo que nunca dijo quería hacer. Mal comienza si aprueba la Ley Sinde, que votaron PSOE y CIU en la pasada legislatura, Esa ley ante la que Uds. Se abstuvieron porque entonces, en la oposición, estaban a verlas venir… Mal, muy mal, Sr. Rajoy.