Sera que me hago mayor, que los años no pasan en balde o que como le ha pasado a Felipe Gonzales, Alfonso Guerra o a mi viejo profesor Joaquín Leguina me he convertido en un abuelo cebolletas o en un jarrón chino. No sé realmente lo que me pasa, pero sin duda mi visión social de la realidad política coincide bastante con la de ellos.
Un buen amigo me dijo no hace mucho que, si ahora nosotros tuviéramos treinta años menos estaríamos militando en Podemos y que, nuestra visión , coincidiría plenamente con la de estos. Seguramente es así , creo que no asistimos a un cambio de régimen político, de una nueva transición, tal y como no se cansan de repetirlos líderes de los llamados partidos emergentes. En realidad, lisa, simple y sencillamente estamos ante un cambio generacional. Un cambio generacional donde ahora entran a tomar las riendas unos críos malcriados*. Malcriados y maleducados por mi generación, la de los abuelos cebolletas o la de los jarrones chinos. De eso, no son ellos culpables sino nosotros que ya somos sesentones cebolletas.
La prueba de que los hemos educado mal, muy mal, son las formas y maneras en las que se desenvuelven en la esfera de lo público, el respeto a las leyes y la forma de entender el funcionamiento de la Democracia. No hablo del contenido político, de las ideas o filosofía de fondo, no. Hablo de formas que es algo muy distinto y más superficial.
«Están más interesados en los problemas de imagen, que en los de España»
Alguien me podrá decir aquello de qué importan las formas si lo importante son los resultados, lo de que da igual gato negro o gato blanco pero que cace ratones... Pues lamento decirle a estos que no es así, que en esencia lo que venimos en llamar Democracia está montado sobre formas y maneras, en realidad el sistema Democrático no es otra cosa que un conjunto de convenciones (por tanto reglas y maneras), mediante las cuales, aceptamos que las decisiones que tomamos con arreglo a ellas son legitimas y aceptadas por todos. En Democracia las formas y maneras son la clave, las decisiones que se toman mediante ella no quiere decir que sean las mejores, más verdaderas o más justas, simplemente las aceptamos porque son legítimas o democráticas. De ahí la importancia de las formas.
Pues bien estos niños malcriados no saben, no entienden o no quieren saber ni entender lo que nos les conviene Los líderes de ésta nueva generación Pedro Sánchez, Rivera o Pablo Iglesias están más preocupados de la cosa mediática que en las ideas, los programas o el futuro del pueblo. Están más interesados en los problemas de imagen, que en los de España. El Sr, Rajoy no es un niño malcriado pero que nadie piense que se salva, de este Sr. prefiero simplemente no hablar en este post, pues desde otro estilo, es si cabe mayor desastre todavía por bien criado que esté.
«Van descamisados como vulgares haraganes al parlamento... pero se ponen de riguroso esmoquin en la fiesta del cine, para el desfile sobre la alfombra roja del famoseo»
Malcriados porque en su vida se han enfrentado a la adversidad, les salieron cayos en las manos por su trabajo ni tuvieron que enfrentarse al cómo ganarse el pan del día a día. Son progres de salón, y rojos de boquilla dialéctica con camiseta del Che compradas en el rastro. Ellos, que no creen ni respetan las formas, se afanan en cumplirlas a rajatabla si del figureo mediático se trata. Van descamisados como vulgares haraganes al parlamento sea español o europeo, a la entrevista con el Jefe del Estado pero se ponen de riguroso esmoquin en la fiesta del cine, para el desfile sobre la alfombra roja del ... famoseo. Todo porque la farándula mediática del cine se merece un respeto** ¿Acaso no se la merece el templo de la soberanía y voluntad popular? ¿Acaso no la tiene la máxima autoridad del pueblo que encarna el Jefe del Estado? Por lo visto no, pues el pueblo son "gente" (por no decir gentuza) y ellos lo hacen todo por la "gente". Hacen tanto que hasta ahora dicen que la "gente" ha entrado por primera vez en el Congreso.Lamento desilusionar a quienes ven en estos nuevos políticos la deseada regeneración de nuestras instituciones, de nuestro sistema político, de la ruptura del turnismo bipartidista, del final de la corrupción... Estamos simple y llanamente ante un cambio generacional donde unos niños malcriados han llegado a adultos siendo eso "Niños malcriados" y, en donde a no tardar mucho, veremos cómo se fagocitan al PP y al PSOE para volver de nuevo al viejo turno de siempre. Eso sí, bajo la vieja égida de siempre, rompiendo las formas de antes, pero sometiéndose a otras más arbitrarias e insustanciales.
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(*)En realidad el calificativo original es de Alfonso guerra que les llamo «Niños Mal criados» refiriéndose a Pablo Iglesias como: "uno de esos adanes que pretenden que con ellos se inauguró el mundo" Ver artículo en el Mundo.
(**) "Cuando la vieja vieja política se quita la corbata nosotros nos ponemos el esmoquin... por respeto al cine español" afirmó pablo iglesias para justificar su sorprendente y radical cambio de look en la gala de los Goya