«Advertencia de confidencialidad»
En una entrevista concedida por el creador de Wikileaks, Julian Assange, desde su refugió de la Embajada de Ecuador en Londres, ha manifestado que Facebook es «algo abominable y extremadamente peligroso». Piensa Assange que la agencia de inteligencia americana rastrea nuestros perfiles, contactos y actividad a través de la citada red social.
Cree Assange que a diario, millones de personas invierten horas de su vida en subir nombres y fotos de sus amigos, familiares, viajes y momentos expresando sus gustos, preferencias y pensamientos en una plataforma que alimenta la base de datos rastreada las grandes agencias gubernamentales, principalmente la americana. Seguramente el espionaje de nuestra privacidad es como dice este hombre al que persigue la justicia sueca. Él, por el contrario, considera su persecución judicial un burdo montaje para ser extraditado a EE.UU, donde lo condenarían por revelar secretos de Estado.
Sin llegar a estos extremos de espionaje que, por otra parte, creo más que razonables; lo cierto es que si una empresa como Facebook mantiene enormes servidores y ordenadores en alguna parte del mundo donde se almacenan millones de datos y paga los sueldos de miles de empleados es porque tiene un modelo de negocio. Este modelo permite pagar todo eso y, además, repartir dividendos a sus accionistas. Algunos pensaran que sus ingresos provienen de la publicidad que aparece en sus páginas, en ese faldón lateral derecho cada vez más completo de anuncios; sin embargo, ésta es sólo la punta del iceberg, pues el verdadero negocio está en vender la información recopilada de nuestros perfiles, preferencias y redes a empresas y particulares que realizarán perfectas campañas de marketing personalizado para vendernos aquello que saben nos va.
Claro que la CIA tiene acceso a esas bases de datos, como las tienen las policías y servicios secretos de la mayoría de los países. Que a nadie le quepa duda que con esa información las agencias gubernamentales y las empresas privadas que las pagan están cruzando datos día y noche hasta completar un retrato bastante exacto de cada uno de nosotros. Tan exacto que nos asustaría saber hasta qué punto.
De nada sirve colgar en nuestra página de Facebook esa Advertencia - Confidencialidad que anda circulando en muchos perfiles y que dice así:
«A cualquier persona o institución o agente o agencia de cualquier estructura gubernamental, incluyendo, pero no limitado al Gobierno Federal de los Estados Unidos, ni al Gobierno de España, usando o monitoreando este sitio, o cualquiera de sus sitios asociados, no tiene mi permiso para usar mi información de perfil, o cualquier parte de los contenidos que figuran en el presente, incluyendo, pero no limitado a Mis fotos, o los comentarios sobre mis fotos o cualquier otra "imagen" del arte o no publicado en mi perfil.
Se le notifica aquí que tienen estrictamente prohibido divulgar, copiar, distribuir, difundir o tomar cualquier otra acción contra mí con este perfil y el contenido del mismo. Las prohibiciones anteriores también se aplican a sus empleados, becarios, agentes o cualquier personal bajo su dirección o control. El contenido de este perfil es información privada. La violación de mi intimidad es penada por la ley y me ampara el derecho a la propia imagen y a la intimidad personal reconocido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos.»
Dicha advertencia, cuando es leída por agentes gubernamentales les provoca una risa floja. Igual les ocurre a los responsables de quienes compran esos datos desde empresas privadas. Si de verdad quieres velar por tu Derecho a tu privacidad, ya sabes lo que debes hacer.
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En una entrevista concedida por el creador de Wikileaks, Julian Assange, desde su refugió de la Embajada de Ecuador en Londres, ha manifestado que Facebook es «algo abominable y extremadamente peligroso». Piensa Assange que la agencia de inteligencia americana rastrea nuestros perfiles, contactos y actividad a través de la citada red social.
Cree Assange que a diario, millones de personas invierten horas de su vida en subir nombres y fotos de sus amigos, familiares, viajes y momentos expresando sus gustos, preferencias y pensamientos en una plataforma que alimenta la base de datos rastreada las grandes agencias gubernamentales, principalmente la americana. Seguramente el espionaje de nuestra privacidad es como dice este hombre al que persigue la justicia sueca. Él, por el contrario, considera su persecución judicial un burdo montaje para ser extraditado a EE.UU, donde lo condenarían por revelar secretos de Estado.
Sin llegar a estos extremos de espionaje que, por otra parte, creo más que razonables; lo cierto es que si una empresa como Facebook mantiene enormes servidores y ordenadores en alguna parte del mundo donde se almacenan millones de datos y paga los sueldos de miles de empleados es porque tiene un modelo de negocio. Este modelo permite pagar todo eso y, además, repartir dividendos a sus accionistas. Algunos pensaran que sus ingresos provienen de la publicidad que aparece en sus páginas, en ese faldón lateral derecho cada vez más completo de anuncios; sin embargo, ésta es sólo la punta del iceberg, pues el verdadero negocio está en vender la información recopilada de nuestros perfiles, preferencias y redes a empresas y particulares que realizarán perfectas campañas de marketing personalizado para vendernos aquello que saben nos va.
Claro que la CIA tiene acceso a esas bases de datos, como las tienen las policías y servicios secretos de la mayoría de los países. Que a nadie le quepa duda que con esa información las agencias gubernamentales y las empresas privadas que las pagan están cruzando datos día y noche hasta completar un retrato bastante exacto de cada uno de nosotros. Tan exacto que nos asustaría saber hasta qué punto.
De nada sirve colgar en nuestra página de Facebook esa Advertencia - Confidencialidad que anda circulando en muchos perfiles y que dice así:
«A cualquier persona o institución o agente o agencia de cualquier estructura gubernamental, incluyendo, pero no limitado al Gobierno Federal de los Estados Unidos, ni al Gobierno de España, usando o monitoreando este sitio, o cualquiera de sus sitios asociados, no tiene mi permiso para usar mi información de perfil, o cualquier parte de los contenidos que figuran en el presente, incluyendo, pero no limitado a Mis fotos, o los comentarios sobre mis fotos o cualquier otra "imagen" del arte o no publicado en mi perfil.
Se le notifica aquí que tienen estrictamente prohibido divulgar, copiar, distribuir, difundir o tomar cualquier otra acción contra mí con este perfil y el contenido del mismo. Las prohibiciones anteriores también se aplican a sus empleados, becarios, agentes o cualquier personal bajo su dirección o control. El contenido de este perfil es información privada. La violación de mi intimidad es penada por la ley y me ampara el derecho a la propia imagen y a la intimidad personal reconocido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos.»
Dicha advertencia, cuando es leída por agentes gubernamentales les provoca una risa floja. Igual les ocurre a los responsables de quienes compran esos datos desde empresas privadas. Si de verdad quieres velar por tu Derecho a tu privacidad, ya sabes lo que debes hacer.