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Yo, la rana 9 dic 2013 12:09 JUMILLA-BLOG

«La rana que pensó que la luna estaba en su estanque»




Oliver Clerc, filósofo francés, creó una fábula titulada La rana que no sabía que estaba hervida. En resumen, se trata de una rana que nadaba tranquilamente en el interior de una cazuela. El agua se iba calentando lentamente por el fuego, sin que le molestara, incluso notando el calorcito agradable del agua. Nadando y nadando, el agua se iba calentaba hasta que, ella agotada y el agua muy caliente, muere.

La moraleja es que, cuando las condiciones se van deteriorando lentamente, nos vamos acostumbrando a ellas y no reaccionamos. Al cabo del tiempo, las condiciones están tan deterioradas, que la capacidad de reacción es casi inútil, aunque la situación sea insufrible. En el caso de la rana si, de golpe, se le echara a la cazuela con el agua a 50 grados (¡ni siquiera hirviendo!), habría dado un salto y se habría salido del recipiente.

Hoy titulo el artículo “Yo, la rana”, por cuanto me siento partícipe de ese ejército de “ranas” que somos los ciudadanos, y que nos están deteriorando poco a poco las condiciones de vida. Cada cual con sus razones, poquísimos “saltan de la cazuela”, Y, mientras, los cocineros (poderes financieros y económicos) haciendo su buen negocio.

 Si nos fijamos, la estrategia que utilizan con más frecuencia, es “vender” los recortes y medidas, como algo imprescindible, inevitable, incluso haciéndonos responsables principales de la situación actual (hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, lo que justifica que ahora tengamos que pagar el pato). Con la mira puesta en la competitividad, el crecimiento continuo, o el aumento de la productividad, nos marcan un camino y un derrotero insostenible. Los que nos gobiernan lo saben, pero su codicia es infinita.

Uno de los últimos ejemplos de ese deterioro, es el anuncio de unas compañías aéreas asiáticas, que van a reserva espacios libres de niños menores de 12 años. Lo que parece aceptable y compatible con que todos viajen lo más cómodos posible, significa un paso más a la fragmentación y división entre los ciudadanos. Y a mayor división, más fácil la gobernanza y manipulación de los ciudadanos. Ante un niño que molesta: compartimentos para niños. Renunciamos a educarlos, a darle normas y hábitos para vivir con otros, en sociedad, Con lo que contribuimos en caminar hacia una sociedad de compartimentos, de clases, de categorías, dividida. Todo lo contrario de lo que necesita un ser humano.

A partir de aquí, me propongo escribir sobre elsalto de la rana en; pensiones, paro, etc. E invito a todo el que tenga una buena idea a que sugiera un buen “salto de rana”, Puede que no consigamos apagar el fuego que calienta la cazuela, pero daremos ideas para que haya menos ranas que mueran cocidas a fuego lento.

 P.D.: Sí hay soluciones: los juzgados y los votos. Y mientras: ¡salta rana, salta!

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