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Lo que el ojo no capta 13 mar 2010 13:09 Placido Guardiola

«La fotografía espectacular e imposible»

Hace días, cuando les comenté mi parecer sobre la película Avatar, les prometí hablarles de la costumbre generalizada que hemos desarrollado en la actualidad para espectacular toda manifestación artística. Es como si estuviéramos tan saturados de todo, que nada es capaz de sorprendernos, salvo cuando rompe los moldes, la barreras y las percepciones más habituales.

Esa corriente de magnificarlo todo, de hacer de todo un show, un grandioso y magnífico espectáculo visual ha llegado también a la fotografía.



Si observan con detenimiento las imágenes superiores y alguien les pide que indiquen cual les gusta más, seguramente elegirán la segunda. Ambas están hechas con la misma máquina, el mismo autor, idénticas condiciones y las dos técnicamente bien tomadas. ¿Dónde está pues la diferencia?

Jumilla, San Agustín, Pguardio
Arriba toma nolmal, inferior HDR

La diferencia se llama fotografía HDR y software informático, mientras que la primera toma es lo que hasta hace muy poco se podía conseguir si exponías correctamente, la segunda, en realidad es el producto de tres fotografías diferentes tomadas sin mover nada en la cámara, salvo la exposición. Se hace el primer disparo pensando en las altas luces (blanco del muro de la ermita y nubes), la segunda en las sombras más profundas (tronco de los olmos y sombra en la maleza), y la tercera dedicada a los tonos medios de la imagen. Más tarde el ordenador reconstruirá la foto total leyendo para cada zona, aquella lectura lúminosa más apropiada para ella. El resultado el que ven.
Jumilla, San Agustín, Pguardio
Jumilla, San Agustín, Pguardio
Superior toma normal, inferior imagen HDR

La fotografía tradicional, hasta hoy, era capaz de distinguir ocho niveles de luces diferentes entre el blanco total y el negro; no había más y el buen fotógrafo tenía que hacer malabarismos para poder sintetizar una realidad rica en matices luminosos en sólo ocho niveles, si quería obtener una buena imagen. La fotografía digital amplia ahora estos rangos, y la HDR (fotografía de alto rango dinámico), en realidad nos ofrece multiplicar por tres esa capacidad. Seguramente, al verlas estas imágenes nos sorprenderán porque la capacidad de nuestro iris a la hora de componer todos los matices que percibe en una iluminación muy contrastada y con multitud de niveles lumínicos, no llegue más allá de los ocho niveles que ofrecía la vieja fotografía. Nuestro ojo puede apreciar muchos niveles lumínicos,sí; pero no todos a la vez. Al igual que la cámara tiene que seleccionar lo que desea ver bien, si ésta adapta el diafragma, nuestro iris se adecua al nivel luminoso del objeto al que prestamos atención. Si miramos un plano general con muchos niveles diferentes de luz, el iris humano hace lo mismo que la cámara; una media ponderada, donde sólo los tonos medios son percibidos con detalle. En ese sentido la fotografía HDR no es real, va más allá del ojo humano, de ahí que nos sorprenda.

¿Debemos renunciar a la imagen HDR, los llamados falsos HDR o efectos Mellado? Yo diría que no, siempre he defendido las posibilidades del desarrollo tecnológico si amplían las capacidades artísticas del creador. En este sentido, las capacidades creativas se ven ahora ampliadas. Si defendí el uso del color frente al blanco y negro, el uso de lo digital frente a lo analógico, porque entendía que ampliaban las posibilidades creativas, ahora, con más razón no voy a sostener lo contrario.

Estamos en la cresta de una moda, la de la fotografía imposible, nos sorprende, cautiva y gana alabanzas y concursos. Todavía recuerdo a mediados de los setenta el gusto por las fotografías de grano y alta sensibilidad. Después, en pleno auge del color, se decía que las auténticas fotos artísticas eran las de blanco y negro. Modas y corrientes que van y vienen. Todas ellas, al igual que está, llegan a un punto donde se saturan y cansan al espectador, más tarde, viene un uso no abusivo y creativo de las mismas, ahora estamos en el abuso y la novedad.

Pero que nadie lo olvide, una buena foto es buena con independencia de la técnica y modalidad que utilice. Como dice la sabiduría popular, con buenas técnicas y herramientas, el más tonto hace relojes, en cualquier caso: ¡Bienvenidas las nuevas posibilidades a esta forma de expresión!

2 comentarios :

  1. Ah!, mi querido Plácido,Nos siempre decimos que nos gustas más como fotógrafo que como comentarista, y no es que en esa faceta de articulista deseemos manifestar que seas malo, es que tu sapiencia fotográfica supera, según nuestro parecer, en mucho, a tú actividad como comentarista ya que como tal, y los temas que tocas, hay muchos en la Red, pero como fotógrafo atesoras el arte, y eso, siempre desde nuestra modesta opinión, es algo que raya lo divino.

    Si la virgen patrona de Jumilla mora en tan bella ermita, no es de extrañar que los Caballeros y Damas Templarios de la bailía de Jumilla la honremos anualmente con una guardia templaria, la que por cierto, la del pasado año fuiste fotógrafo oficial.

    Nos, humildemente te solicitamos, si es posible, publiques en este dignísimo blog alguno de tus, seguro, bellos trabajos fotográficos de dicho acto templario. Si te parece bien.

    Con nuestro fraternal saludo y afecto.

    Recibe mis bendiciones.

    Frey Anselmo de los Cerrillares.

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  2. Simpre digo una cosa, "Todos los días se aprende algo nuevo".

    Me he quedado pasmado ya que no conocía esta técnica, hay que ver lo que hacen los mecánicos.

    Muchas gracias por enseñarnos todas estas cosas.

    Un saludo

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