«¡Qué calor señor!»
Este verano, según días, no salimos de la alerta amarilla o naranja, en cualquier caso, alerta al fin. Es como si los cielos no quisieran darnos tregua y dejarnos disfrutar de un respiro con el fresco del anochecer.
Aun no se ha terminado de retirar un siroco sahariano, cuando ya nos viene otro. Aún no nos habíamos recuperado de los recortes salariales y nos llega la subida del IVA. Parecía que la prima de riesgo, por fin nos dejaba en paz, cuando hoy vuelve de nuevo a campar por las suyas iniciando su tradicional subida.
El veraneo de los políticos nos había hecho creer que de nuevo la tranquilidad regresaba a la vieja piel de toro, cuando por sorpresa y frente a la opinión de victimas, militantes del PP y votantes el imprevisible Rajoy atraviesa la línea roja de la lucha antiterrorista. Los violentos, ante el existo de su pantomima de huelga de hambre, cantan y jalean su victoria. El Ministro del Interior dice hoy que el gobierno a actuado de acuerdo con la ley, pero si esa es la ley ¡Vaya vergüenza de ley!. Claro, que las leyes están hechas para interpretarlas y desde luego la interpretación de un tiempo a esta parte se me antoja laxa e interesada.
¿Estará de Dios que no nos refresque el ambiente este verano?
La ley no dice lo que el ministro del Interior dice que dice. Tranquilo, Plácido...
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