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Crisis política 5 jun 2010 18:40 JUMILLA-BLOG

«Dar ejemplo en casa»

Desde hace tiempo los barómetros de las encuestas, nos vienen informando de lo que piensa la mayoría de los ciudadanos respecto de la situación económica, política y social de España o de otros países. En todo caso, vamos a centrarnos en España, para aterrizar posteriormente en nuestra localidad. El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) insiste en lo mala o muy mala que es la situación económica y política, y que así seguirá siendo a corto plazo.

Las mismas encuestas valoran con poco optimismo la capacidad que tenemos para solucionar la crisis económica y, sobre todo, la verdadera autonomía del gobierno para tomar decisiones y hacerle frente a otros intereses económicos externos y, seguramente, más poderosos y egoístas. Las encuestas corroboran lo que todos pensamos desde hace tiempo y es, el secuestro de la política por grupos de presión y de intereses particulares, para forzar decisiones beneficiosas para dichos intereses. El ejemplo más reciente y constante viene siendo todo lo relacionado con la política urbanística.

Los ciudadanos siempre hemos echado en falta el suficiente coraje por parte de los políticos de cualquier signo, para defender realmente los intereses generales frente a los intereses particulares de cualquier ciudadano, e incluso de cualquier órgano administrativo o político. Los individuos o grupos particulares han encontrado siempre en la Administración alguien que es factible de sobornar de una u otra forma.

Por la ambición de unos (grupos económicos en los que participaba sin escrúpulos hasta el último "pringao" trabajador a comisión con aires de grandeza) y políticos de media cuarta que notaban cómo se elevaban al cielo, conforme pisaban la alfombra de las instituciones o sentaba sus posaderas en la piel de un gran sillón. Por todo ello hoy tenemos un endeudamiento público y privado equivalente al 390% del PIB, es decir, cuatro billones de euros.

El boom de los 90, por el que pasamos de un desempleo del 24,5% al 7,95% (2007) en tan solo 13 años, no se va a producir en esta ocasión. La construcción ya no va a servir como locomotora de creación de empleo. En España sólo tenemos “trenes de cercanías” (y el Jumilla ni el “Chicharra”), y las pocas multinacionales que tenemos, buscan producir fuera de nuestras fronteras porque allí pueden explotar a los trabajadores con menos cortapisas.

Ante todo esto, cada vez son más las voces que piden un gran acuerdo, un gran pacto entre los partidos mayoritarios, que nos sirva para despejar el futuro y sentar las bases de un crecimiento sólido a medio y largo plazo. Pero ni, por ahora, el Gobierno de Zapatero se ha esforzado lo suficiente, a excepción del ministro de Educación, ni el Partido Popular hace el mínimo gesto de responsabilidad para facilitar acuerdos con el Ejecutivo. Siguen primando los objetivos partidistas y electorales frente al drama de tantas familias en el paro.

Como quiera que es indiscutible, para los demócratas, que este es el sistema menos malo, y que su deterioro y desprestigio sólo beneficia a sus enemigos, sirva este artículo para solicitar a nuestros políticos locales que no reproduzcan la irresponsabilidad de sus homónimos nacionales o regionales, facilitando los acuerdos que la política local necesita, evitando las discusiones estériles que nada resuelven los problemas de Jumilla y, en definitiva, promoviendo pactos municipales que trasciendan el límite temporal de una legislatura.

No se trata más que de demostrarle a nuestros conciudadanos, que se puede hacer política de otra forma, que hay una política que resuelve y se ocupa de las necesidades de los ciudadanos. En pocas palabras, que realmente todavía hay esperanza. Porque la política no puede ser otra cosa que la gestión de los anhelos y la esperanzas de los ciudadanos.

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