-->

Los valles del Aneto II 12 ago 2015 23:22 Placido Guardiola

Tour del Aneto II «El valle donde pactaban mis ovejas»
Tour del Aneto

Hasta aquí, en los valles del Aneto y a mas de 2400 metros de altitud, llega el hedor putrefacto de nuestra política barriobajera y corta de miras. En nuestra etapa del sur entre de Benasque -Cerler t Castaneda recorremos amplias praderas donde hoy todavía pastorea una reducida cabaña de ganado vacuno, después tras atravesar el collado de Basibé descendemos hasta llegas a nuestro pueblo de destino donde nos hospedaremos en Ca de Graus, regentada por un joven que complementa su oficio de restauración con otros que le permiten mantener con holgura suficiente a su familia. Hijo de pastores el tiene un título universitario en restauración que exhibe con cierto orgullo en el comedor de su casa en donde atiende y prepara magníficamente los productos locales que forman la base de su cocina, especialmente la carne de cordero. En otros ratos colabora en la vigilancia y mantenimiento de estaciones eléctricas de la zona.
Es el signo de los tiempos, pluriempleo y puesta en valor de la casona que heredara de sus padres mediante la remodelación en hotelito para aprovechar las nuevas sinergias turísticas. En sus salas y comedor pueden verse los viejos instrumentos agrícolas que utilizaran sus mayores dispuestas tal si fuera un museo de antropología rural. Allí el yugo, más allá las corvillas, el viejo calentador de cama en el rincón o los palillos de hilar lana que hoy sólo unos pocos reconocerían su utilidad.
Al día siguiente emprenderíamos por el Este nuestra penúltima etapa que nos conduciría al pueblo con nombre de montaña, el Aneto. De nuevo aquí caminaríamos por verdes laderas de pradera donde no ha mucho pastaran cientos de miles de cabezas de ovino. En el Aneto pueblo, hoy con apenas trece habitantes de continuo, más de sesenta mil nos dice Mario, nuestro anfitrión que regenta el hotelito rural donde pasaremos una noche.

Tour del Aneto

Tour del Anero

También Mario fue antes que hotelero pastor, pero como el mismo dice esto ha cambiado mucho y, en la actualidad, es más fácil traer cien camiones de ovejas de Alemania que poder traer un rebaño que pasta apenas un kilometro más abajo. Claro que allí, mil metros más abajo, es Cataluña y aquí en el Aneto pueblo es Aragón. Cosas sorprendentes de esta España invertebrada en autonomías a las que tanto progreso y bienestar nos proporciona.
«...es más fácil traer ganado de Alemania que trasladar el autóctono de un prado a otro»
Para Mario la decadencia del ovino en la zona ha venido entre otras causas por la burocracia y papeleo de unos valles que difícilmente delimitan las líneas artificiales que separan ambas comunidades. Nos cuenta como no hace mucho un vecino suyo con más de seis mil borregos tiró la toalla ante las dificultades que tenía para trasladar su rebaño de una ladera (catalana) a otra (aragonesa) en donde ambas desde siempre tiene derechos a pastos, pero al parecer no lo entendían así de claro los técnicos de una y otra consejería que le venían exigiendo las guías del traslado del ganado. Como dice Mario, es más fácil traer ganado de Alemania que trasladar el autóctono de un prado a otro.
Tour del Aneto

Curiosamente Mario que reside en Aragón habla una especie de castellano tan catalanizado que más bien diria yo que es catalán. Su negocio está dado de alta en Cataluña y su asistencia médica y hospital de referencia la tiene más cercana en esa comunidad. También estas cosas son propias de este país donde todos somos iguales en derechos. Aunque no parece verlo así nuestro anfitrión quien está decidido a dar de baja su pequeño negocio en Cataluña y en alta en Aragón, según parece esto le permitirá ahorrarse unos trescientos euros que como el dice irán a la buchaca y quedaran en casa.
Parece mentira que hasta estos parajes montañosos, surcados por e verdes praderas desde las que se divisan los neveros y glaciares del Aneto y Maladetas, llegue el tufillo disgregador de nuestra España invertebrada y autonómica.
-->Leer más...

Los valles del Aneto 1 ago 2015 15:39 Placido Guardiola

Tour del Aneto ¡Qué verde era mi valle!
Descendiendo desde  el Coth de Lunfern al  coth dera Monjoia

Los asiduos lectores habrán comprobado estos días de silencio y ausencia en los que uno tiene que desconectar para volver a reencontrarse consigo mismo. Qué mejor manera de hacerlo en un tórrido verano como este, que venir aquí a las faldas del Aneto para intentar hacer un volteo en eso que las agencias turísticas llaman ahora tour , que de ahí viene precisamente lo de turismo, es decir, de darse una vuelta por los lugares. Pues bien, como les cuento, estos días estuve intentando desconectar, subiéndome a las alturas y dando un volteo por el Aneto circunvalando el macizo de la Maladeta.
«por más que uno quiera, no deja de penetrar en las narices el hedor de todos los desaguisados políticos de los que quieres olvidarte»
En realidad, aun cuando uno quiere a estas alturas (de 1500 a 2500m), desconectar con la realidad de un país que no le gusta; sólo lo consigue a ratos, en los que el esfuerzo continuado de caminatas de más de 20 Km. y subidas acumuladas de más de 1000m, te nublan la mente de cansancio y sólo alcanzas a disfrutar de las inmensas vistas que te ofrecen las cuerdas y laderas de éstas montañas.
Digo a ratos, porque como les pienso contar en próximas entregas, el hedor de nuestro presente llega hasta estas alturas pirenaicas y, por más que uno quiera, no deja de penetrar en las narices el hedor de todos los desaguisados políticos de los que quieres olvidarte. De tal forma que, en la mañana de nuestro inicio de ruta, tras apenas tomar el primer desayuno que nos permitirá afrontar el camino, ya nos recuerdan que debemos pagar la tasa turística de estancias en Cataluña, 0,75 € por persona y noche. En ese momento pienso que será el impuesto revolucionario para contribuir a su independencia, mientras derivo mi mente a la etapa que hoy debemos afrontaro entre Uelhs Deth Joeu (lugar caprichoso por el que irrumpen las aguas que bajan del Glaciar del Aneto previamente perdidas al otro lado del valle en Forau de Aigualluts) al Hospice de France.
Subida al Coth de Lunfern
En las cercanías de Corth de Lunfern
Una densa niebla cubre todo el valle y que, desde el inicio de la marcha en los torrentes de agua que emanan en Uelhs Deth Joeu, nos acompañará incesante hasta el final de nuestro recorrido en territorio francés. Una lástima que la densa bruma no nos permita ver las vistas del valle; sin embargo nos facilita la introspección en nuestra larga y fatigosa ascensión hasta el Cort del Iferm y tras este el de Monjoia, paso fronterizo desde donde descendemos a nuestro destino.
Viendo la hermosura de las surgentes aguas cuyo origen no es otro que la nieve acumulada en las faldas del Aneto, tampoco puedo sustraer de mi pensamiento la mala suerte que nos acompaña pues, finalmente, ellas alimentarán al río Garonna corriendo por la vertiente atlántica mientras atraviesan las tierras del Rosellón que en otro tiempo fueron aragonesas y españolas. También en esto parece que somos algo gafes , con lo faltos de agua que andamos por a este lado en la vertiente mediterránea. Cosa del tratado de los Pirineos y de nuestra historia que más que nos pese, nos persigue y atrapa en el tiempo.
Hayedo en las inmediaciones del Hospice de France
«nadie se lleva nada ajeno a lo que vino a buscar y sólo el que tiene verdadero espíritu de montaña conoce que ésta no puede dar al peregrino algo que este no lleve de antemano en su mochila del alma»
El valle que subimos con sus fértiles y húmedas laderas sigue alimentando los prados donde pacen las vacas, pero sus gentes ya no viven de la ganadería; sino del un turismo creciente que se alimenta de eso que llaman deportes de montaña (alpinismo, senderismo, excursionismo, barranquismo, running, montain biki, esquí ...) Aquí, a la montaña todos acuden en busca de algo, ya sea emoción, anedralina, aventura, paisajismo, naturaleza... Sin embargo nadie se lleva nada ajeno a lo que vino a buscar y sólo el que tiene verdadero espíritu de montaña conoce que ésta no puede dar al peregrino algo que este no lleve de antemano en su mochila del alma. De ahí que si no vas preparado, con tu espíritu abierto ante todo cuanto ella te puede ofrecer termines bajando con las pocas miserias que fuiste a buscar a ella.
Así son las cosas que suceden a las alturas de estos valles, donde el aire es más limpio y la realidad más cruda. aqui en estos verdes valles que rodean el Aneto sandeces se permiten las justas.
-->Leer más...