«Un diálogo de besugos»
No se me ocurre otra frase con menos palabras para resumir el programa de «La Rendrija» que Telecable Jumilla emitía ayer como cierre de temporada. Como la ocasión requería se pretendía dar un broche de categoría a este último programa con el Alcalde de invitado especial.
Se inicio el programa pidiéndole al invitado y Alcalde de Jumilla Sr. Enrique Jiménez, que hiciera un balance de estos dos años de mandato. El alcalde, tras subrayar los enormes esfuerzos, sacrificios y trabajo de su equipo de gobierno, nos describió una arcadia feliz, pese a los pequeños errores humanos que se puedan haber cometido. Seguidamente, el presentador, pidió también a los contertulios habituales y rotatorios (Juan Navarro, Pepe Gómez Bernardo Simón, Joaquín Valero y quien esto suscribe), que hicieran esa misma valoración. Curiosamente, los cinco se pronunciaron en sentido totalmente opuesto al del Alcalde, iniciándose entonces lo que a mi juicio ha sido el programa más surrealista y kafkiano de cuantos he tenido ocasión de disfrutar hasta ahora, incluyendo en los que participaba junto a Semitiel en "Si yo tuviera una escoba".
Como quiera que los contertulios no venían a coincidir con la idílica arcadia del Sr. Jiménez, este en vez de argumentar terminó cariñosamente descalificando cuanto pudiéramos decir. A Juan Navarro, porque hombre, todos sabemos que es del PSOE y escribe en este blog con el seudónimo de Jumilla-Blog. Al resto, nos colgó el estigma de iluminados. En definitiva Juan Navarro, debía estar iluminado por San Pablo Iglesias o el capullo del PSOE. Joaquín Valero, digo yo que debía estarlo por el Santo Costado, pues como saben es hermano fundador de esa hermandad, aunque más adelante se dejó caer que seguramente hablaba así por sus largas estancias en la puerta del ayuntamiento junto a malas compañías, en vez de subir a la alcaldía a tomarse un café con él. Quiero pensar que a al resto de contertulios nos debe iluminar la Abuelica Santa Ana o la mismísima Virgen María ¡Vaya Ud a saber!
A partir de ese momento, el programa trascurrió como un diálogo de besugos, el con sus datos y su libro y algunos de los contertulios más aguerridos con preguntas, aunque visto lo visto quizá lo más inteligente hubiese sido hacer lo de Pepe Gómez, que tras su primera intervención ya no volvió a decir nada.
La cosa a estas alturas estaba clara cualquier argumento por nuestra parte, era fruto de los trances místicos en los que se ilumina nuestra mente. Nosotros no teníamos los datos ni la información, por tanto, opinábamos en pleno éxtasis alucinatorio propio de nuestra iluminación o revelación. Él, en cambio, representaba la verdad suprema de un Dios reencarnado.
Estaba claro ¿qué pueden hacer unos simples iluminados ante la presencia del Altísimo? Ya saben ustedes que la Virgen María suele aparecerse a gentes sencillas, pastores y cosas así, cuya profundidad de pensamiento no suele sobrepasar los problemas del pasto y las ovejas.
Cuando se le pidieron explicaciones sobre el orden de prioridades en la toma de decisiones, lo dejó claro. Las prioridades las marca él que ha sido elegido (cosa que nadie le discute, pero no explicó cuales eran), si no se comparten dentro de dos años que voten a otro.
Fue en ese instante, en esa contestación, cuando me di cuenta que no estaba charlando con mi Alcalde, ni mi amigo Enrique. No, me encontraba ante el Dios hecho hombre. Estaba ante el Altísimo o, ante un necio que está encantado de haberse conocido, mirándose el ombligo, y feliz de sus logros y de sus votos. Tocaba callarse y desconecte.
Ya nos había echado en cara tanto a Juan Navarro como a mí, el ganar más que él (todavía no se cuánto gana y que conste que vería bien que ganase más que yo), pero no contento con tamaña estupidez, nos quiso demostrar que para acceder al puesto que ocupa, había tenido que pasar una selección más dura que nosotros (se refería a ganar unas elecciones supongo), seguramente para hacernos ver que tiene mayor mérito.
Acaso olvida el Sr Jiménez que no le votamos a él, ni a él ni a nadie. Aquí sólo se nos permite optar por una lista cerrada cada cuatro años. Lista que a saber quien narices confecciona (tampoco lo hacen los militantes de los partidos), el votante, en ésta pantomima democrática que tenemos, sólo puede optar por una u otra. De haber sido con listas abiertas, con nombres y apellidos, donde la persona más votada es elegida como Alcalde ¿quién sabe si el Sr. Jiménez hubiera superado tan durísima selección? Tal vez el Alcalde hubiese sido otra persona, hasta es posible que de otra lista. Que conste, sigo sin comprender por qué se metió en este lodazal.
Demostró ayer el Sr. Alcalde un talante "democrático" que jamás hubiera creído en él, por lo que quiero pensar que todo se deba a un trastorno pasajero fruto del estrés a que todo responsable municipal está sometido. Quiero decir con ello que, cuando se le pase el soponcio del poder, volverá a ser quien siempre creo que ha sido y se dará cuenta de los disparates cometidos. Pues un gobernante en democracia, además de tomar las decisiones que estime oportuno, debe explicarlas, razonarlas y si es posible convencer a quienes no piensan como él. Que las puede tomar legítimamente, sí, pero pobre de él si no las explica.
En definitiva el Sr. Alcalde, se empeñó ayer en dar explicaciones cuando no se las pedíamos, en negarlas cuando si lo hacíamos, se quejó porque no podía dar la información que deseaba, pero no dio la que le solicitamos. Total, un auténtico diálogo de besugos.
Vea el programa, juzgue y denos su opinión.
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No se me ocurre otra frase con menos palabras para resumir el programa de «La Rendrija» que Telecable Jumilla emitía ayer como cierre de temporada. Como la ocasión requería se pretendía dar un broche de categoría a este último programa con el Alcalde de invitado especial.
Se inicio el programa pidiéndole al invitado y Alcalde de Jumilla Sr. Enrique Jiménez, que hiciera un balance de estos dos años de mandato. El alcalde, tras subrayar los enormes esfuerzos, sacrificios y trabajo de su equipo de gobierno, nos describió una arcadia feliz, pese a los pequeños errores humanos que se puedan haber cometido. Seguidamente, el presentador, pidió también a los contertulios habituales y rotatorios (Juan Navarro, Pepe Gómez Bernardo Simón, Joaquín Valero y quien esto suscribe), que hicieran esa misma valoración. Curiosamente, los cinco se pronunciaron en sentido totalmente opuesto al del Alcalde, iniciándose entonces lo que a mi juicio ha sido el programa más surrealista y kafkiano de cuantos he tenido ocasión de disfrutar hasta ahora, incluyendo en los que participaba junto a Semitiel en "Si yo tuviera una escoba".
Como quiera que los contertulios no venían a coincidir con la idílica arcadia del Sr. Jiménez, este en vez de argumentar terminó cariñosamente descalificando cuanto pudiéramos decir. A Juan Navarro, porque hombre, todos sabemos que es del PSOE y escribe en este blog con el seudónimo de Jumilla-Blog. Al resto, nos colgó el estigma de iluminados. En definitiva Juan Navarro, debía estar iluminado por San Pablo Iglesias o el capullo del PSOE. Joaquín Valero, digo yo que debía estarlo por el Santo Costado, pues como saben es hermano fundador de esa hermandad, aunque más adelante se dejó caer que seguramente hablaba así por sus largas estancias en la puerta del ayuntamiento junto a malas compañías, en vez de subir a la alcaldía a tomarse un café con él. Quiero pensar que a al resto de contertulios nos debe iluminar la Abuelica Santa Ana o la mismísima Virgen María ¡Vaya Ud a saber!
A partir de ese momento, el programa trascurrió como un diálogo de besugos, el con sus datos y su libro y algunos de los contertulios más aguerridos con preguntas, aunque visto lo visto quizá lo más inteligente hubiese sido hacer lo de Pepe Gómez, que tras su primera intervención ya no volvió a decir nada.
La cosa a estas alturas estaba clara cualquier argumento por nuestra parte, era fruto de los trances místicos en los que se ilumina nuestra mente. Nosotros no teníamos los datos ni la información, por tanto, opinábamos en pleno éxtasis alucinatorio propio de nuestra iluminación o revelación. Él, en cambio, representaba la verdad suprema de un Dios reencarnado.
Estaba claro ¿qué pueden hacer unos simples iluminados ante la presencia del Altísimo? Ya saben ustedes que la Virgen María suele aparecerse a gentes sencillas, pastores y cosas así, cuya profundidad de pensamiento no suele sobrepasar los problemas del pasto y las ovejas.
Cuando se le pidieron explicaciones sobre el orden de prioridades en la toma de decisiones, lo dejó claro. Las prioridades las marca él que ha sido elegido (cosa que nadie le discute, pero no explicó cuales eran), si no se comparten dentro de dos años que voten a otro.
Fue en ese instante, en esa contestación, cuando me di cuenta que no estaba charlando con mi Alcalde, ni mi amigo Enrique. No, me encontraba ante el Dios hecho hombre. Estaba ante el Altísimo o, ante un necio que está encantado de haberse conocido, mirándose el ombligo, y feliz de sus logros y de sus votos. Tocaba callarse y desconecte.
Ya nos había echado en cara tanto a Juan Navarro como a mí, el ganar más que él (todavía no se cuánto gana y que conste que vería bien que ganase más que yo), pero no contento con tamaña estupidez, nos quiso demostrar que para acceder al puesto que ocupa, había tenido que pasar una selección más dura que nosotros (se refería a ganar unas elecciones supongo), seguramente para hacernos ver que tiene mayor mérito.
Acaso olvida el Sr Jiménez que no le votamos a él, ni a él ni a nadie. Aquí sólo se nos permite optar por una lista cerrada cada cuatro años. Lista que a saber quien narices confecciona (tampoco lo hacen los militantes de los partidos), el votante, en ésta pantomima democrática que tenemos, sólo puede optar por una u otra. De haber sido con listas abiertas, con nombres y apellidos, donde la persona más votada es elegida como Alcalde ¿quién sabe si el Sr. Jiménez hubiera superado tan durísima selección? Tal vez el Alcalde hubiese sido otra persona, hasta es posible que de otra lista. Que conste, sigo sin comprender por qué se metió en este lodazal.
Demostró ayer el Sr. Alcalde un talante "democrático" que jamás hubiera creído en él, por lo que quiero pensar que todo se deba a un trastorno pasajero fruto del estrés a que todo responsable municipal está sometido. Quiero decir con ello que, cuando se le pase el soponcio del poder, volverá a ser quien siempre creo que ha sido y se dará cuenta de los disparates cometidos. Pues un gobernante en democracia, además de tomar las decisiones que estime oportuno, debe explicarlas, razonarlas y si es posible convencer a quienes no piensan como él. Que las puede tomar legítimamente, sí, pero pobre de él si no las explica.
En definitiva el Sr. Alcalde, se empeñó ayer en dar explicaciones cuando no se las pedíamos, en negarlas cuando si lo hacíamos, se quejó porque no podía dar la información que deseaba, pero no dio la que le solicitamos. Total, un auténtico diálogo de besugos.
Vea el programa, juzgue y denos su opinión.