La vieja Werlisa Color con la que fotografíe entre los años 1971/1972 |
Ahora, en el cenit de la cuaresma, coincidiendo con el Viernes de Dolores pórtico de nuestra Semana Santa, vuelvo a actualizar nuestra página de Miradas de Semana Santa. En este caso, regreso a los años setenta, en concreto a 1972. En aquel año, por vez primera tenía entre mis manos una cámara fotográfica que merecía tal nombre, les hablo de la mítica Werlisa color de fabricación española. No era gran cosa pero aquella cámara poseía diafragma y obturación y la lente podia desplazarse desde infinito a un metro. Es decir ya no era una cámara instantánea de apretar el botón sino donde los ajustes básicos de la fotografía había que ponerlos manualmente. Una cámara sin enfoque automático ni nada que no fuese el buen ojo de medida del usuario te decía si tu objetivo estaba a dos, cuatro y seis metros.
Procesión del Resucitado 1972 |
No se hacían milagros con ella, pero si atinabas a al enfoque correcto y al cálculo de la luz poniendo el diafragma y obturación adecuado, lograbas congelar la realidad para la eternidad.
Ayer, mientras digitalizaba los viejos negativos de la mítica Werlisa, la imágenes que tomé en mi primer año de fotografiar la Semana Santa de Jumilla, se desvelaba ante mis ojos el encanto de aquella lente de focal fija y de campo abierto. No era un angular pero venia a recoger en el negativo un amplio angulo algo superior al de la vista normal, no había zoom, ni cambio de focal, si deseabas detalle te acercabas y si querías panorámica te alejabas.
Con ella hice las fotos que he actualizado en la página de Miradas de Semana Santa entre los años 1972/1976 y que les invito a observar. Especialmente me detuve ese año en el Viernes Santo y Domingo de resurrección.
Curiosamente aun cuando estas imágenes no tienen la limpieza, nitidez y brillo de las actuales fotografías digitales, poseen el encanto de plasmar con rigor aquella España modesta y cutre de los años setenta. Aquellas mañanas luminosas de Semana Santa donde las madres ponían a su familia de dulce porque , ya se saben, esas mañanas eran especiales y relucían más que el sol. Donde aun cuando fuera con el mejor ato recién lavado y planchado uno salía a la calle de cine.
Aspecto del Rollo antes del Encuentro |
Aquella banda juvenil de tambores y cornetas (con majorettes incluidas) de Santo Costado todavía parecen desfilar por nuestra calle de la Feria.
En fin en días sucesivos les iré actualizando las imágenes de nuestra página «Miradas de Semana Santa»>
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