El nuevo Señor de la Burrica |
Dice el refrán popular que «Quien en Domingo de ramos no estrena algo, es que no tiene manos», y la verdad es que ayer en Jumilla se demostró una vez más que no hay mancos. La gente iba de cine, de picos blancos, como si a una boda hubieran invitado a todos los moradores de esta vieja y leal villa.
Especialmente iban guapas las niñas que todas parecían muñecas preciosas en un escaparate, con sus "atos" recién estrenados y conjuntados donde no se echaba en falta ningún complemento: vestidito a juego con las medias, y zapatos, el lazo y algún otro complemento que sus madres con gran sentido estético les habían comprado.
Tres niñas de dulce ven pasar al Señor de la Burrica |
Debo decir que el nuevo Señor, pese a los nervios de su primera aparición pública, lo hace bien y da una sensación de serenidad muy acorde con el papel que representa. Por ello, me atrevo a augurarle si no se cansa, un futuro prometedor en el papel. Independientemente del consabido guión de «Oh ciudad noble y leal...» observé en él una templanza en los gestos muy propias de como todos los mortales imaginamos la figura de un Mesías. Espero que en próximas ediciones que se vea más suelto de esta primera actuación eleve más los brazos y enfatice algún gesto con mayor decisión. Aunque ya les digo para mí que tenemos un Señor ¡como Dios manda! para muchos años. Dicho esto, sin desmerecer a quien durante muchos años ha venido desempeñándolo el papel tan dignamente tal y como he dejado constancia en las múltiples fotos que le he venido haciendo, vaya desde aquí mi gratitud también para él, cuyo único desmérito del actual, no es otro que ser menos hollywoodiense. Pero a ver quien demuestra a estas alturas que Jesucristo no era rubito y de ojos claros
Pues como ven de esta guisa y estrenando en la mañana del Domingo de Ramos iniciamos los jumillanos nuestra Semana Grande de Pasión, aunque para decir verdad ya desde el Viernes estábamos imbuidos en ella.
Debo decir finalmente que, el nuevo Señor, viendo como estaba la situación actual ha optado por la prudencia, de forma que, en vez de mandar a los doce viejos apóstoles al paro, contratando otros doce nuevos que fuesen de su total confianza (como hacen nuestros políticos), ha optado porque los veteranos conserven el puesto de apóstol hasta que estimen ellos que deben jubilarse.
El nuevo Señor mu mono sí, pero como tú dices, el anterior me parece a mí más de esas tierras áridas y calurosas por donde caminó, que éste rubiales de ojos azules.
ResponderEliminarLo de los apóstoles ya es de aburrimiento, siempre los mismos, ¡como han copado el tema,por Dios!, y luego dirán que nadie quiere saber y no encuentran relevo....