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Globalización y segmentacón en Semana Santa 22 abr 2014 19:55 Placido Guardiola

Modernidad, tradición y cambio social «Vivir de espaldas a la alteridad» 


Jumilla, Semana Santa


Desde que Manuel Castell escribiera sus tres volúmenes de "La era de la Información. Economía sociedad y cultura"1, en donde caracterizaba a la sociedad del siglo XXI por los rasgos básicos de globalización y segmentación; no han dejado de sucederse estudios sobre cualquier ámbito de la vida social en el que se analizan como estos dos rasgos de la sociedad de la Información están modelando y definiendo el devenir de la vida humana.
Nuestra Semana Santa, como cualquier otra manifestación social y humana, también se ve afectada por los procesos de globalización y segmentación que caracterizan la sociedad actual.
Aunque ambos rasgos puedan parecer opuestos y contradictorios, parece que carece de sentido hablar de unidad global y al mismo tiempo división en segmentos, la globalización se ve impulsada por la influencia de los medios de comunicación y las redes informacionales que permiten la comunicación instantánea salvando todas las barreras. La segmentación surge como consecuencia de la globalización, es el impulso social ante la pérdida de identidad del individuo, como defensa y afirmación de su identidad ante un mundo global que lo lamina.

Jumilla. Semana Santa

JUmilla, Semana Santa

Nuestra Semana Santa hace tiempo que dejo de ser nuestra, de conservar los signos propios de identidad, aquellos que nuestros antepasados pudieron conservar en un mundo diferente y donde escaseaba el trafico e intercambio de comunicación que ahora conocemos. Los medios de comunicación, el turismo, las redes sociales han resaltado algunos aspectos de las Semana Santas más conocidas y de ellas hemos copiado. De este modo ahora nos gusta lo que yo denomino el piterio; me refiero a las bandas con gran despliegues de cornetas e instrumentos de viento. Propios de la semana Santa andaluza; pero que nada tienen que ver con los tradicionales tambores y cornetas que hemos conocido. Nuestra zona, levante, estaba más ligada a la tradicional banda de música, a sus célebres marchas procesionales que al trompetería de estas bandas andaluzas. No digo que unas sean mejor que otras ni al revés, son distintas y unas y otras tienen sus defensores y detractores. Me limito a constatar que la fama y difusión de que se ha hecho de este tipo de bandas ha creado sus adictos que lo piden y gustan de ello. A este hecho se ha unido el que todo en la sociedad actual favorece el piterío frente a la banda musical, me refiero al costo y disciplina que exige armonizar os muchos instrumentos de una buena banda (el piterío exige menos y suena mucho y bien), de ahí que me atreva a vaticinar que se instalará en nuestra Semana Santa para siempre.

Jumilla Semana Santa

Jumilla, Semana Santa

La globalización ha terminado con el toque singular de la palillera del Cristo, ahora ensayamos y tocamos otros toques y mimetizamos otras formas de de desarrollar la Semana Santa. Ya no estamos ante una semana Santa única, sino ante una manifestación que, aun desarrollándose en los días de siempre, conviven varias visiones y formas de entenderla y vivirla. Ha dejado de ser la fiesta única que aglutinaba en torno a una celebración a un pueblo agrícola que por estas fechas tenía un hueco en el calendario de las tareas del campo.
Observando este año la Semana Santa me parecen distinguir al menos tres grandes segmentos , cada uno de los cuales tiene su propio público, aun cuando todavía hay (afortunadamente), quien aparece en los tres. El primer segmento lo constituiría la semana santa tradicional. lo que yo segmento duro apegado a nuestra tradición y que no quiere saber mucho de las nuevas innovaciones que aparecen mirando para otro lado mientras estas se suceden, como si con ellos no fuese la cosa.
 El segundo segmento, caracterizado mayoritariamente por jóvenes , muchos de ellos pertenecientes a la generación sociológica conocida por «Ni-ni» es entusiasta del piterío, los grandes pasos de anderos y poco saben de su tradición. Muchos componentes de este segmento están ligados a la procesión del sábado de la Redención, donde además se identifican con la forma andaluza de portar los pasos, me refiero a los costaleros. De hecho, media procesión está constituida por ellos. La otra media la constituye el grupo del Yacente y desde este año Virgen de los dolores que funcionan bajo otros cánones, sencillez franciscana y austeridad en la tradición. Por ello no me atrevo a indicar que toda la procesión de la Redención pertenezca a este segundo segmento, está por ver hacia donde evoluciona en los próximos años la simbiosis de ambas partes que hoy constituyen un auténtico híbrido.
El tercer segmento estaría constituido por los tambores, este tiene un público menos definido socialmente, pues integra personas de toda condición y edad, aun cuando abundan entre ellos los jóvenes. Muchos de este tercer segmento participan a su vez de la semana Santa Tradicional y coinciden con el segmento duro, pero no todos. Este último grupo es quizá el más heterogéneo, abarcando desde quienes compaginan un gusto tradicional por toda manifestación Semana Santera, hasta quienes nada quieren saber de ella y el tambor es una forma de expresarse liberando tensiones y estrés, de todo hay. Igualmente está por ver cómo evolucionará el segmento tamborilero en los próximos años.

Jumilla, Semana Santa


De lo que no hay duda es de que nuestra Semana Santa, al igual que el mundo, está cambiando, ya no estamos ante la Semana Santa, sino ante una cada vez más plural manera de entenderla y vivirla. Donde cada una de esas formas de entenderla se segmenta; es decir, quiere que le dejen expresarla de la forma que gusta y la entiende mientras que pasa olímpicamente de aquellas que no van con la propia.
Hay quien entiende que esta segmentación es prueba de diversidad y riqueza cultural y, así lo sería salvo por un pequeño detalle, que unos viven en pacífica armonía a espaldas de los otros y nada quieren saber del contrario. En realidad hay mas contacto y comunicación social y, por tanto convivencia, entre adversarios que se hostigan que entre diferentes que se ignoran. Todos se afanan en su particular visión y vivencia de la fiesta pero se ignoran y lo que es peor, nadie se para a pensar que signos de identidad específicos debe tener una Semana Santa para que aparte del Interés Turístico Nacional la haga singular y atractiva al viajero, pues no hay que engañarse, La Semana Santa es una fuente de turismo y riqueza que debemos explotar en beneficio de todos.

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(1) CASTELLS, M. (1997) "La era de la información. Economía, sociedad y cultura", Alianza Editorial, Madrid.

1 comentario :

  1. Si se dedicara a la acción social y política la mitad del tiempo, esfuerzo y dinero que se dedica a la Semana Santa, Jumilla sería Atenas.

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