«¿Qué siente su Majestad?»
Fusilamiento de Torrijos y otros constitucionalistas españoles
Hoy todos los medios de comunicación hablan de las disculpas del Rey, como si ayer nuestro monarca hubiera pedido perdón por algo. Lo que hizo fue un acto de constricción de conciencia y buenos propósitos: «Lo siento mucho. Me he equivocado no se repetirá».
No pidió, por tanto, perdón de nada ni a nadie, se limitó a hacer público un arrepentimiento. No sabemos sobre qué, ni el porqué de su actitud; también desconocemos qué cosa no volverá a ocurrir. Por todo ello, nada tengo que perdonar a su Majestad el Rey; pero me intriga el objeto de su arrepentimiento.
¿Siente haber matado un elefante? No lo creo, la foto que se exhibe en los medios es de 2006 y sacada de la página del operador de turismo que organiza estos safaris.
¿Siente haber tropezado rompiéndose la cadera? En ese caso, sobrarían las expresiones públicas de arrepentimiento.
¿Siente que en su viaje Bostbuana donde se produjo el accidente estuviera Corinna zu Sayn-Wittgenstein de quien la prensa italiana dice tiene una relación? En este último caso, aunque comprensible, sería un error el arrepentimiento público, pues de esto, apenas hablan los medios de comunicación españoles…. ¿Qué siente en realidad nuestro Monarca?
Además, el arrepentimiento es un acto individual y espontáneo que nace en el alma humana cuando se toma conciencia haber hecho daño a alguien con nuestras obras. El gesto de nuestro Monarca ayer, lejos de ser propio y espontáneo estuvo anunciado por la portavoz socialista y el propio Rubalcaba. ¿Desde cuándo al Jefe del Estado le dicta un partido lo que debe o no hacer?
Hoy todo son alabanzas por su gesto, antes de ayer, eran duras críticas. Subrayan los medios que por primera vez un monarca tiene este gesto de sincerarse lo que le confiere mayor dignidad y grandeza. Mientras, en este país donde el desconocimiento de la historia es inmenso (somos de la cultura escasita, pese a prolongar los años de escolarización), el público se lo cree y aplaude hasta con las orejas. Olvidando que otro rey arrepentido (también borbón), dijo aquello de: «marchemos todos, y yo el primero, por la senda constitucional» tres años después fusilaría a Torrijos y los constitucionalistas a quienes les había realizado tan solemne promesa en un acto de constricción por la sublevación de Riego (a quien ahorcaría poco después). Pero esto son cosas de la historia, esa que los españoles desconocen y quizá por ello están condenados a repetir.
Lo que yo espero de mi Jefe de Estado y, pese a todo, sigo pensando que nos conviene más un Rey que un Presidente de República (convencido que nos sale más barato), es que trabaje, cumpla su cometido y este por encima de los caprichos de este u el otro partido político.
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Para saber más:
Si el Rey pide perdón por irse de viaje, ¿porque no lo hacen todos los jefes sindicalistas y políticos, que han hecho un viaje de placer en los últimos meses?. Si me pagan el viaje, como al rey, yo también me voy a cazar elefantes, aunque no pegue un tiro.
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