«La herencia que dejaremos»
Tuvieron que llegar las subvenciones al arranque para que miles de hectáreas, antes cubiertas de viñedos, se pusieran patas arriba. Sus suelos aparecen hoy yermos y facilitando la propagación de plagas de langosta, de las que ya hemos sufrido varios conatos. A esto, pronto se añadieron los “ecológicos” huertos solares que han aparecido por diversos puntos de su superficie, desbastando en sus explanaciones el suelo fértil de su cubierta, dejando libre sus superficies a merced de escorrentías. Se añadieron al festín depredador, grandes empresas hortofrutícolas (por lo general pertenecientes a grupos de distribución), que alquilaron fincas en aquellos valles que tienen posibilidad de riego, las explotan de forma intensiva, con grandes imputs de abonos químicos y pesticidas que tras unos años de explotación dejan agotados los suelos y envueltas en plásticos sus tierras.
Como tenemos tanto territorio, en su periferia podemos alojar aquellas actividades o vertederos que son molestos y nadie quiere tener cerca. De este modo, en una de sus esquinas se ubicaron enormes granjas cebaderos de cerdos, en otra parte se vierten los residuos sólidos de las depuradoras de pueblos cercanos y hasta nos permitimos autorizar a que en nuestra planta de residuos vengan a reciclarse toneladas procedentes de otros lugares.
¡Qué más da! Si el término es tan vasto que no nos llega la pestilencia a nuestros hogares. Es como si pensáramos que de sobrarnos algo, nos sobra territorio. Un territorio que heredamos en unas condiciones y que me temo que nuestros hijos heredarán en otras bien distintas. Menos mal que el territorio lo soporta todo, de lo contrario, nos terminaría escupiendo a la cara.
¡Huy! No te quepa duda que algún día nos acabara escupiendo. Parafraseando a la señora Celie de "El Color Purpura", todo el mal que le hemos hecho se nos torcerá.
ResponderEliminarSi mi profesora de Historia del instituto no mintió y no se equivocaba, el arrancar vides no fue cosa de subvenciones, sino condición para entrar en la Unión Europea. El 75% hubo que arrancar, si no recuerdo mal la cifra.
ResponderEliminarEstamos mandando al carajo el planeta, y lo raro es que a Jumilla no le hubiera tocado antes, teniendo en cuenta que estamos en la parte rica del planeta.
PUES TU PROFESORA DE HISTORIA CARECIA DE DATOS ECONOMICOS DE AQUELLA EPOCA EL 75% DE LAS VIÑAS SE ARRANCARON PARA SALVAR LAS DEUDAS ADQUIRIDAS CON ENTIDADES BANCARIAS QUE POR AQUEL ENTONCES COBRABAN EL 20% DE INTERES YARRASTRABAMOS LAS DEUDAS DE LA COOPERATIVA SAN ISIDRO Y LAS DE ALGUNOS BODEGUEROS QUE YA POR AQUEL ENTONCES MANGONEABA CON LOS AGRICULTORES A SU ANTOJO PROMETIENDO Y NO CUMPLIENDO LA HISTORIA SE REPITE PERO SOLAMENTE LA VERDADERA HISTORIA. (Y ESTE TEXTO ESTA ESCRITO EN MAYUSCULAS POR QUE ESTOY ALZANDO LA VOZ )
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