«Cayetano, contra todo pronóstico, agotó la provisión de anís»
Suben ríos de gente por las faldas de un monte cuajado de verde, salpicado de romeros y tomillos en flor. En esta melosa y dulce tarde de primavera los jumillanos han decidido subir a Santa Ana a esperar a su Cristo.
En los alrededores de la fuente, el atrio del convento y sus aledaños, poco a poco se congregaba una muchedumbre más numerosa que de costumbre. El fervor del Cristo o la buena tarde de primavera, convocó a tantos que Cayetano Herrero se quedó sin anís para las palomas. Terminó con todo, el que normalmente venía gastando, el de la previsión de este año y el de la botella que los amigos le pedimos que guardara para los que llegamos algo más tarde, porque subimos andando. Por terminar, termino hasta con el de los compromisos de siempre.
Ignoro si será la primavera, la fe en el Cristo para que nos ayude a salir de la que nos está cayendo o que son muchos los que por aquello del colesterol, el médico les aconseja andar; pero sea por lo que fuere, les aseguro que medio pueblo estaba hoy acompañando al Cristo en su bajada.
Llegando a San Agustín un amigo me ha dicho: «ves lo que pasa por comentar lo de las palomas en el Rendrijero». Me lo ha dicho tan enserio, que ya me hace dudar si será por eso lo de la muchedumbre.
Ayer tam bien hacia un tiempo primaveral en Madrid.
ResponderEliminarY yo no dejaba de pensar en palomas y rioas de gente bajando por las laderas de una montaña con una imagen de Salzillo a los hombros.
Supongo que, como a mi, a muchos "exiliados" nus hubiera gustado esta alli ayer, con los nuestros.
Quisiera aprovechar esta entrada para agradecer a todo el pueblo de Jumilla su compañía en la tarde de ayer y para decirle a Cayetano que la próxima vez hable conmigo que convierto el agua en anís.
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