«De la parcialidad que me embarga»
Miguel de Unamuno decía que no le pidieran ser objetivo, pues el no era un objeto sino un sujeto y, por tanto, sólo podía ser subjetivo y de él esperarse subjetividades. A mi, me ocurre como Unamuno soy y quiero ser subjetivo y parcial y jamás podré ser objetivo e imparcial. No lo puedo ser porque todo ser humano interpreta la realidad de un modo particular reorientando sus acciones y conducta desde esa peculiar visión que elabora de la realidad. En otras palabras, el ser humano no puede ser objetivo, no puede mirar las cosas y personas que le rodean sin desprenderse de su propia interpretación acerca de las mismas.
Pero esto que es tan sencillo y tan viejo como la humanidad misma, parece haber sido olvidado en la actualidad, por una sociedad adormecida y atontilada por la cultureta titiritera y mediática del pensamiento único que en la actualidad nos embarga.
Embadurnadas nuestras mentes de la vaselina seudo-progre que tanto se lleva, gustamos ahora de calificativos huecos como imparcialidad, objetividad, tolerancia…Calificativos que hemos elevado a los altares del alma humana frente al olvido de otros tales como autenticidad, esfuerzo, entrega... ¿Puede ser alguien imparcial? ¿Debo ser tolerante frente a lo que mi corazón sabe injusto, opresivo o crimen? ¿Podemos ser objetivos desde la pobreza, la marginalidad, la riqueza excesiva…?
En varios comentarios me han dicho que soy parcial, pues Srs. ¡Claro que lo soy! Quiero serlo, lo intento ser conscientemente a sabiendas y, les aviso, seguiré siéndolo hasta el día en que me muera. Les juro por mi honor, que mientras escriba hable o respire procuraré ser totalmente parcial. Soy y seré parcial conmigo mismo, con mi peculiar y singular parcialidad humana; pero fíjense bien, he dicho parcial, que no sectario. Ocurre en estos tiempos que los sectarios (gregarios del poder o, de cualquier corriente dominante), se refugian dócilmente en el rebaño de las ideas preponderantes, elevando su particular idea acerca de las cosas a la categoría de realidad objetiva. Ellos, al observar la realidad bajo un determinado prisma, terminan por no consentir que un humilde corderillo pueda verla de otra bien distinta y califican de «Parcial» al descarriado del rebaño.
En lo sucesivo si me llaman «Parcial» pensaré que voy por el camino que marca mi razón y que mi espíritu pasta libre del sectarismo de cualquier rebaño.
0 comentarios :
Publicar un comentario
¡Bienvenido al RENDRIJERO!
¡Gracias por tus comentarios!
Se respetuoso y opina libremente. Tu comentario será revisado y publicado en unas horas.
Ponerse en contacto con el Rendrijero