«Muchos mirando y pocos comprando»
Los llamados mercados medievales vienen a ser un reclamo para invitar al público a pasear por las calles de la ciudad e intentar venderles algún producto más o menos artesanal. Nacieron hace unos años y desde entonces se suceden en fiestas y festivos por todas las localidades de cierto peso demográfico. Los primeros años, por su novedad, constituían un poderoso atractivo que si el tiempo acompañaba llenaban la ciudad en esos días de tenderetes, camellos, aves rapaces, bufones… Toda una buena excusa para darse una vuelta y salir con la familia a la calle. Con el tiempo y cuando uno ha visitado varios y en distintas localidades, va descubriendo que todos son iguales y constituyen además de una forma de ver artistas callejeros un excelente pretexto para comprar algún producto artesano, sea de adorno o para la cocina y mesa de casa. Pero parte de la sorpresa que nos causó nuestra visita al primero de ellos se ha ido desvaneciendo . Sobre la presente edición del mercado medieval a todos cuantos pregunto me dicen lo mismo: «Había mucha gente mirando; pero comprando ninguna». No es que esta edición sea peor que otras anteriores, simplemente es que los bolsillos no estan para muchos extras, amen de que al consumidor cada día es más difícil sorprenderlo con algo tras varias ediciones.
Por favor corrija la palabra "escusa" esta mal escrita dos veces
ResponderEliminargracias
No, gracias a ti por tu advertencia.
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