«El eclipse de las cámaras de fotos»
Ese dispositivo liviano en peso que llevamos en el bolsillo y al que nadie quiere renunciar se ha convertido en un aliado imprescindible en nuestras vidas. En él y bajo él llevamos muchas herramientas y posibilidades de acción que antes, exigían diferentes artilugios, de esta forma en nuestro actual móvil llevamos nuestra agenda personal, dietario, cuaderno de notas o diario, calculadora, reloj, acceso a noticias, aparato reproductor de música, televisión, radio, ordenador portátil, GPS con mapas y navegador, además de cámara de fotos y vídeo. Eso y, claro está, el teléfono personal. En un futuro muy cercano nuestro ansiado móvil será, también, nuestra tarjeta de crédito, monedero y llave de seguridad de nuestras viviendas; desde él podremos poner en marcha o apagar la mayoría de los dispositivos que nuestros hogares contienen.
Esa inmensa capacidad, esa omnipresencia de estos maravillosos cacharritos está desbancando del mercado tantos dispositivos como utilidades nos ofrece. Hemos visto desaparecer algunos recientes como agendas electrónicas o reproductores de música; pero pocos pensábamos que harían peligrar otros más clásicos y arraigados como la cámara de fotos.
Las últimas noticias del sector productor señalan que el mercado de las llamadas compactas ha descendido en un 36%, mientras que el de las reflex (DRL) lo hace en un 16%. Mercado que hasta el presente año venía sosteniendo un ritmo creciente y expansivo que le ha conducido a doblarse en apenas unos años.
La respuesta que dan los expertos del análisis de los mercados en este sector es clara: los nuevos iphones y las constantes mejoras de sus cámaras incorporadas hacen desistir a los ciudadanos de ir cargados de una cámara de fotos. La mayoría de las personas quieren hacer fotos como testimonio de los lugares que visitan o de los instantes y vivencias que experimentan, las quieren para compartirlas con los suyos, subiéndolas al instante a los espacios comunes que las redes les ofrecen para compartir y comunicarse.
Ningún otro dispositivo, ninguna cámara del mercado, ofrece la posibilidad de mandar al instante ese acontecimiento que vivimos salvo el iphone. Las fotos que hacemos a diario, no tienen un propósito artístico, profesional o de virtuosismo y calidad técnica. Pretendemos con ellas simplemente congelar dar testimonio de ese momento vivido, para contarlo a los nuestros, para recordarlo. ¿para que ir cargado de una cámara que pesa 1,5 kg. Y que encima necesitaría de otro dispositivo para enviarlas y compartirlas? ¿Su mejor calidad técnica compensa ese esfuerzo? Seguramente si son aficionados a la fotografía, si tienen pretensiones artísticas, contestarán que sí al último de los interrogantes. Pero qué me dirían si les cuento que alguno de los reporteros más afamados de National Geographic como Jim Richardson, ha realizado su reportaje sobre escocia con un iPhone 5s como única cámara.
En definitiva, al igual que el vídeo eclipsó la televisión, seguramente el iphone terminará eclipsando la cámara de fotos.
Esa caída de ventas también puede ser debida a que ya todo el mundo tiene una cámara en casa. O más de una.
ResponderEliminarEstá claro que si no te dedicas a la fotografía como profesional o artista, con un teléfono móvil con cámara tienes suficiente. Así que una vez tienes las cámaras y accesorios que necesitas, ¿cuánto tiempo pasará hasta que compres una nueva? No es de extrañar que si a todo el mundo le han vendido una cámara (especialmente compacta) sin que la necesiten o la utilicen mucho, al final las ventas disminuyan.
Es esa enfermedad del consumismo la que nos hace pensar que las ventas siempre han de incrementarse. ¿Hasta cuando, hasta el infinito? Absurdo.
Igual cuando dentro de poco saquen una novedosa tecnología de cámara y la gente desechará la que tiene ahora y comprará una nueva. Mientras tanto, las ventas seguirán cayendo.
Y así con todo, no solo con las cámaras.