«Grande entre los grandes»
Quienes me conocen saben de sobra que no entiendo ni se de fútbol, es más ni siquiera me gusta; sin embargo, el estar inmerso en la vida de un país donde los dos diarios más leídos son «Marca» y el «As». Donde cualquier telediario dedica al menos quince minutos diarios al deporte rey y el estar rodeado de personas que hablan y comentan sobre todo de fútbol, hace finalmente, que tengas que saber e interesarte al menos por los detalles más sobresalientes que rodean este fenómeno de masas.
A mi, que ya digo no entiendo de fútbol, Raúl González, el dorsal siete del Real Madrid, no me pareció nunca tan brillante jugador como se decía. Al menos tan brillante como pueden ser ahora Messi o Cristiano o lo fueron algunos de sus compañeros y rivales de entonces; sin embargo, siempre observé en Raúl cualidades que al margen del fútbol se deben resaltar y alabar: su tesón, su constancia, su fidelidad y su inteligencia.
Constancia y pundonor es lo que Raúl ponía cada vez que se colocaba la camiseta blanca con el siete a la espalda o cuando jugaba con la selección. Pundonor y tesón que demostró haciéndose grande en su declive marchándose a campos extranjeros donde se ganó el favor de sus aficiones y el reconocimiento entre los grandes.
Fidelidad es lo que este muchacho tenía, sentía y trasmitía hacia su club y también hacia su país cuando vestía la camiseta en el campo, cuando colaba goles o cuando los celebraba. Hasta acuñó el pase de verónicas en escenificar su alegría cada vez que el balón se colaba entre los palos.
Inteligencia porque seguramente ese punto que le falta para estar a la altura de los cracks con los que se codeó la supo suplir con una gran intuición para adivinar el punto flaco de sus contrarios y saber colocarse en el campo marcando los muchos goles de su haber. Rául no era un filigranas como Zidane, Cristiano o Messi pero sus cualidades le hicieron estar a su altura.
Su constancia, voluntad, tesón, fidelidad e inteligencia lo hacen grande como persona y ejemplo a imitar y seguir como este sí un auténtico ídolo deportivo. Su grandeza y señorío corresponden no sólo a los de un gran club como el Real Madrid; sino a los de una gran persona y deportista que supo suplir con voluntad, tesón e inteligencia las cualidades que le faltaban para ser el mejor entre los mejores.
Lástima que no tengamos más raules como él en la vida real y en todos los ámbitos de la vida…
...... Y NO SE RE NOTA QUE ERES DEL MADRID !!!!
ResponderEliminarESTO PASA POR JUNTARTE TANTO CON EL AMIGO BLEDA.
No soy de ninguno no creas, de joven era culé, pero ahora te reconozco que de ser algo sería merengue.
EliminarQuizá no por el fútbol que no sigo, sino por la actitud catalanista de sus jugadores, lo siento, no lo aguanto.
pues chico, no hay quien te entienda por un lado que si la actitud catalanista de algunos jugadores no la aguantas., eso denota que podrías apostar claramente por la unidad de España y lo que representa, y por otro que si te da lo mismo que Gibraltar español o Gibraltar británico por no se que historia del cansancio.
Eliminarla identidad no significa que uno un día uno se siente hombre y al otro di se siente mujer según le viene dado, hay que ser fiel a un ideal, sea el que sea hay no entro.
Perdona, pero como mi respuesta era demasiado larga para un comentario, me he permitido hacerlo mediante un nuevo artículo que titulo: «A vueltas con la idea nacional»
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