Todos tenemos conciencia de lo mucho que ha subido el recibo de la luz en los últimos dos años. Subida que cabe cifrar (ver artículo) en un 30% desde Julio de 2007; sin embargo, son menos los que saben que de cada 100 euros que pagamos las compañías suministradoras solo perciben 59, los restantes 41 euros son impuestos y primas.
Del coste del recibo este 41% que no reciben las compañías suministradoras va a parar a: mejora de la seguridad de suministro, financiación de las autonomías, reducción de las emisiones de CO2, solidaridad interterritorial y mejora de la eficiencia energética, el IVA además de su impuesto específico. Vamos como el combustible que repostamos en las gasolineras, todo un ejemplo de impuesto indirecto que grava a todos por igual.
Lo grave del recibo del suministro eléctrico no es solamente el que todos nos rascamos el bolsillo o el que Ud o yo la paguemos cara. No, lo grave es que la energía eléctrica es un componente básico en la producción de bienes y servicios y estos precisamente por su encarecimiento dejan de ser competitivos frente a terceros de otros países, por tanto, va en detrimento de nuestra economía y balanza exterior.
Si tenemos en cuenta que buena parte de ese 41% está destinado a primas a las llamadas «energía renovables», sería hora de tener en este país un debate serio acerca del modelo energético que tenemos.
Que suerte, porque en mi caso el 52% del recibo corresponde a impuestos, recargos y otros conceptos, y el 48% a costes de suministro electrico. Que bueno es vivir en un pais de buenistas.
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