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Vivir del paro 28 jun 2015 20:15 Placido Guardiola

Hornos, un pueblo del interior «Pueblos olvidados del interior»

Toma desde la carretera de acceso

Hornos es un precioso pueblo de la Andalucía del interior, tan interior como su provincia de Jaén en los límites con Castilla la Mancha. Es Hornos uno de esos pueblos blancos que se asoman a la cornisa de un cerro rodeado de olivos y pinares, con apenas cuatrocientos habitantes a los que uno tiene que llegar a propósito si no quiere quedarse con la bonita estampa que ofrece desde lejos. Sólo el indicador que desde la carretera A-327 que va desde Puerta de Segura a Velez Rubio, que señala su categoría de Conjunto Histórico persuade al viajero que por allí transita de desviarse para efectuar una visita al lugar y, como esta vez iba con tiempo, no dude en acercarme.

Un gato sestea entre las macetas

El pueblo que se asoma sobre un cantil de roca caliza conserva en esta cara la muralla que un día le rodeo por completo, uno de los lugares de interés es sin duda su antigua puerta medieval que daba acceso al recinto por el norte. Sus calles de trazado irregular y en pendiente con las casas de blanco conservan ese aire tan español y del sur que invitan a pasearlas con la cámara en busca de rincones preciosos donde sestean unos gatos a la sombra de una parra o entre el frescor de las macetas que esa mañana regara su dueña.

A la Izquierda el pantano del Tranco

Tiene un castillo fortaleza, con una torre homenaje y otras tres de menor envergadura que, en otras épocas este territorio fronterizo, fuera defendido por los caballeros la orden de Santiago dando origen a la actual población. Hoy alberga entre sus muros el Cosmolarium, un centro de interpretación astronómico como no podía ser de otro modo en un lugar de sierra que todavía conserva cielos limpios sin gran contaminación lumínica.
Puerta en la muralla

Sentado en una cafetería del centro pregunto al camarero que me sirve ¿De qué vivís aquí de los olivos? (teniendo en cuenta que los alrededores de Hornos, a excepción del monte es un interminable olivar). No señor -me dice- aquí vive todo el mundo del paro, vamos del per este que se ha inventado el sistema,. Las aceitunas hace años que las recogen los de fuera. Entonces que hace la gente - insisto-, mientras mi interlocutor me aclara: "Pues se vienen a media mañana al bar echan la partidita y se toman la cervecita, aquí no trabajan más que cuatro tontos como yo que tenemos que mantener a tanto cara dura". Me apostilla finalmente señalando a una muchacha joven que le ayuda en la barra que cuando cierre se irá con ella a arreglar unos olivos, la muchacha sonríe corroborando que ella tambien forma parte de los cuatro tontos que trabajan allí.
A la vista de la contundencia en las respuestas del camarero, no insisto más. Por un momento supongo que es el dueño del local, que anda algo negro con el sistema como él dice y que acaba de pagar recientemente alguna de las mil pagamentas que regulan el negocio, pero que tal y como me lo dice no deja de ser una exageración.
En cualquier caso, no me cabe la menor duda de que la economía del lugar no dé para mucho más, tampoco de que la filosofía de vida del andaluz se haya acomodado a un sistema endémico subsidiario renunciando a toda iniciativa que conlleva riesgos y un calvario sin fin de papeleo e impuestos. Ante el dilema de falta de expectativas, y calvario impositivo, los lugareños prefieren vivir con modestia, pero vivir tranquilos a fin de cuentas, los negocios que los hagan otros.
Seguramente estos pueblos han llegado a nosotros tal y como hoy los vemos porque nunca llegó a ellos el desarrollo y el estrés de vida que cuatro tontos llevamos.
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Porqué practicar la forografía nocturna 22 jun 2015 13:44 Placido Guardiola

La fotografía nocturna nos devuelve la magia de la imagen analógica «Cinco razones para practicar la fotografía nocturna» 
Equinoccio de verano 2015

La primera razón para sacar la cámara al aire libre en una noche cerrada o con luna, nada tiene que ver con la fotografía y mucho con disfrutar de uno de los mayores espectáculos que la naturaleza nos brinda allí donde la acción urbanizadora del hombre no ha llegado. Me refiero, claro está, al cielo estrellado. Elevar la vista al firmamento en un lugar donde la contaminación lumínica de la ciudad no alcance es seguramente el reencuentro del hombre con la naturaleza y el universo de la forma más fascinante y sobrecogedora que cabe imaginar. Mirar el cielo es una experiencia de humildad y de unidad con el cosmos que nos rodea, es una mirada al pasado cuando la luz que llega a nuestras retinas partió de estrellas que están a cientos de años de nosotros y, lo mejor de todo, que está ahí sobre nuestras cabezas de forma gratuita para quien desee elevar la mirada.
Solo por esta razón deberíamos sacar más a menudo nuestras cámaras para tratar de plasmar en imagen su belleza, pues con independencia de la calidad de la imagen obtenida, nos brindará la oportunidad de hacer algo que nuestros antecesores hacían y disfrutaban a diario.
«...las largas exposiciones permiten ver estrellas que nuestras retinas no alcanzan»
La segunda razón por la que debemos sacar las cámaras durante la noche es porque las largas exposiciones permiten ver estrellas que nuestras retinas no alcanzan. Su brillo es tan débil y lejano que nuestras pupilas no alcanzan a percibirlo y sin embargo los modernos y luminosos objetivos junto a la mejora de los sensores de las cámaras permiten plasmarlos en nuestras imágenes nocturnas.
De tal forma que la Vía Láctea, a simple vista es una especie de nube blanquecina a nuestros ojos, se torna rica en matices rojizos, purpuras y azules ante nuestras lentes. La tercera razón por la que recomiendo hacer fotografía nocturna es mucho más fotográfica, pues este arte lo definimos como pintar con luz. La luz es la esencia misma de la fotografía y, durante el día, sólo podemos servirnos de aquella que nos brinda el sol y las condiciones atmosféricas, a lo sumo corregir alguna sombra con el flash; sin embargo en la noche, podemos iluminar, pintar con nuestros flashes y linternas los planos cercanos, iluminar unas cosas y no otras. Cambiar con geles de color la propia luz. Añadir mil efectos con leds de color, lana de aluminio, etc.
La cuarta razón para hacer fotografía nocturna es más personal, pero que de seguro comparten todos los que se iniciaron en la vieja fotografía analógica. En la fotografía nocturna ocurre como en la vieja fotografía de carretes, no vale darle al dedo y repetir sin piedad toma tras toma convirtiéndonos en auténticas ametralladoras que fulminan una y otra vez cuantos motivos atraen nuestra atención.
En la nocturna no vale eso, hay que pensar antes de apretar, hay que elegir el motivo y el encuadre meticulosamente un error y habremos perdido más de media hora, cuando no la noche entera. Por la noche, las exposiciones son largas, aun iluminando con linternas cuesta mucho encuadrar con exactitud. No hay reglas y sólo vale la experiencia acumulada de otras salidas y pruebas, si te olvidas de cualquier ajuste todo se irá al traste y habrá que volver otra noche, pues la constelación elegida o la luna no volverá a estar en esa posición hasta el siguiente día como mínimo. En definitiva los retos que plantea la fotografía nocturna nos retrotraen a otros tiempos donde hacer fotos requería de reflexión, de estudio y análisis antes de apretar el obturador de nuestras cámaras.
«...aquí de nuevo nos encontramos con la aventura de no saber qué pasará hasta el revelado»
La quinta razón por la que recomiendo a cualquier aficionado a practicar la fotografía nocturna es porque, como ocurría con las viejas técnicas analógicas, aquí de nuevo nos encontramos con la aventura de no saber qué pasará hasta el revelado. Hay que esperar a que el procesador de nuestras máquinas procesen la eliminación del ruido electrónico que generan por la ausencia de luz y altas sensibilidades. Aquí no vale mirar el display del respaldo de la cámara y ver al instante la toma que acabamos de realizar. No ahora si estuvimos diez minutos con el obturador abierto habrá que esperar otros tantos a que se procese.
En la fotografía nocturna, como en la vieja analógica, a nada que realicemos varias tomas de larga exposición nuestras baterías reducirán su carga hasta agotarse. Tras un disparo de diez minutos, otros tantos de procesado tendremos que esperar al menos el doble para que nuestro sensor se enfríe.
En la nocturna como antes en la digital, vuelve la magia de esperar y dejar tras el procesado que la magia de la fotografía nos desvele nuestros aciertos y errores en la toma.
«...Aquí reside el límite entre quienes hacen fotos y aquellos que son aficionados a la fotografía»
Las mejoras en el software y procesado de imágenes hacen cada día más fácil e intuitivo hacer fotografía diurna, cualquiera sin el más mínimo conocimiento sobre las técnicas fotográficas puede obtener imágenes sorprendentes, con la fotografía digital casi todo el mundo hace y comparte magnificas fotos en las redes sociales pero no todos pueden saben ni sus máquinas les permiten capturar la magia de la débil luz de la noche controlando sus matices. Aquí reside el límite entre quienes hacen fotos y aquellos que son aficionados a la fotografía, por ello recomiendo a todos mis amigos que comparten esta afición a practicar la fotografía nocturna.
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La vara de mando 15 jun 2015 20:20 Placido Guardiola

Cuando se rompe la representación simbólica «¿Quién ostentó la Vara de mando?»
Castillo de Jumilla al atardecer


Desde la prehistoria y, tras ella, en todas las civilizaciones su cultura ha venido simbolizando el poder en el bastón de mando o cetro. Un hueso, una vara decorada con diversos motivos constituía la representación simbólica mediante la que se atribuía al portador de la misma el rango y poder que ostentaba.
De ahí, que el símbolo del poder de faraones, monarcas, generales, obispos, jueces, etc. se haya venido representando mediante un bastón de mando o cetro. En el caso de los alcaldes españoles el origen es idéntico al que acabamos de describir; sin embargo, algunos matices en su evolución histórica justifican el que ahora se hable también para referirse al poder municipal de «Vara de mando» por «Bastón de mando».
Ambas expresiones las verán escritas si consultan hoy la prensa en noticias referidas a la transferencia de mandato de los gobiernos municipales del pasado sábado. De ésta forma, el diario La Verdad daba la noticia del cambio en la unión así: "Julio García Cegarra recibe con lágrimas de emoción la vara de mando"; mientras que para describir a nivel nacional idénticos actos titulaba: "La izquierda toma el bastón de mando de las principales ciudades"
«La «Vara de alcalde» constituía, además del símbolo de su poder, el patrón de medida de las tierras del que se servia el Alcalde para dirimir entuertos...»
La explicación del uso indistinto de sendas expresiones, ambas con el mismo significado “Representación simbólica del poder que ostenta la persona que lo lleva”, procede de nuestra edad media, donde los alcaldes que bajo el domino musulmán se denominaban Al Kadi (palabra de origen árabe que significa juez), tenían entre sus funciones la de ejercer de jueces en sus municipios, donde el eminente carácter agrícola de aquellas sociedadesse generaban numerosas disputas por el deslinde y límite de las tierras. La «Vara de alcalde» constituía, además del símbolo de su poder, el patrón de medida de las tierras del que se servia el Alcalde para dirimir entuertos. De ahí que, si al poder municipal nos referimos, es más correcto hacerlo con la expresión «Vara de mando».

Desde hace miles de años nadie ha cogido a accedido al poder sin una ceremonia donde se plasmase la entrega de este símbolo, fuera la coronación de un rey, el acto de proclamación de un obispo o la toma de posesión de un alcalde. Incluso en aquellos casos que el poder se alcanza con el uso de la fuerza el vencido hacia entrega de los atributos correspondientes al cargo que perdía.
«En nuestra moderna democracia, lo normal, es que sea el alcalde saliente quien haga entrega de la Vara de mando»
En nuestra moderna democracia, lo normal, es que sea el alcalde saliente quien haga entrega de la Vara de mando (bastón si lo prefieren) al entrante. Digo lo normal, porque lo que ha ocurrido en nuestro pueblo en el último mandato ha sido de todo menos eso.
Se inicio el pasado mandato con una toma de posesión del que hasta el pasado sábado fue nuestro alcalde, negándose este a recibir la vara de mando municipal del que fuera alcalde antecesor, el S. d. Francisco Abellán. Terminando su mandato como lo comenzó eludiendo su deber de entregar dicho atributo a la Alcaldesa que le sucede la Sra. Dª Juana Guardiola. En otras palabras, hemos tenido un mandato en blanco, al menos simbólicamente, donde la vara de mando nunca fue del anterior alcalde, a pesar de que desfilase con ella en la noche de Viernes Santo, pues ni la recibió de quien la ostentaba legítimamente, ni la entregó a quien corresponde ahora llevar. En definitiva, un limbo simbólico que terminará siendo también significativo para los curiosos de la historia local.Perderás los cambios que no hayas guardado.
La pregunta que a estas alturas cabe hacerse es donde residió el poder de Jumilla en estos años de vacío simbólico y de quién recibe ahora nuestra alcaldesa esos atributos.

Abril de 2011

La respuesta para mi es clara, nunca existió ese hueco en el traspaso simbólico del poder en Jumilla, pues si lo recuerdan el anterior Alcalde D. Francisco Abellán, entregó la Vara de mando al alcalde más indiscutible de todos los jumillanos ( ver la entrada de esta noticia en abril 2011), me refiero a nuestro Cristo que es alcalde honorario perpetuo de Jumilla. La respuesta es obvia entonces, no ha existido hueco y nuestra actual alcaldesa de recibir de alguien el Vara de mando con todos los honores reconocidos, lo ha hecho de Él.
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Matriarcado 2015-2019 13 jun 2015 14:02 JUMILLA-BLOG

Un cambio radical en Jumilla «Las mujeres al frente del destino»

Hoy es 13 de junio de 2015; en Jumilla se ha constituido la nueva Corporación Municipal. No solo que el Alcalde va a ser una mujer (PSOE), sino que las portavoces de todos los grupos municipales son mujeres. Pero hay más, en la mesa presidencial del Pleno del Ayuntamiento hoy había dos mujeres, la Alcaldesa Juana Guardiola, y la Secretaria del Ayuntamiento (se completará con la Interventora). En resumen, en el futuro tendremos: las tres portavoces, una Alcaldesa, Interventora y Secretaria, seis mujeres en cúpula del Ayuntamiento de Jumilla.

Iniciamos un cuatrienio gobernado por las mujeres. Sin duda las formas van a cambiar pues, digan lo que digan las feministas extremas, hombres y mujeres no somos iguales (afortunadamente). Iniciamos una etapa en la que otra sensibilidad llega al poder, y confío en que todas estas mujeres, que ya han gobernado con hombres en otros momentos no sean, en lo negativo, alumnas aventajadas de sus antecesores. Sobre todo por las inmensas expectativas que hay depositadas en estos nuevos equipos.

Mis queridas paisanas, si me permitís una recomendación, sed vosotras mismas, actuad como sois, como se os conoce en la vida privada, no intentéis copiar. Pensad que si, por ejemplo, al anterior alcalde le dieron la espalda los ciudadanos, por algo habrá sido, por lo que no debería ser, precisamente, un referente para la gestión política. Los que estamos convencidos de vuestras buenas cualidades, nos sentiríamos defraudados si os vemos reproducir el despotismo, la soberbia, la prepotencia, las sinrazones, el desprecio del diferente, el ninguneo al ciudadano, la “posesión de la verdad” permanente. Evidentemente los Ayuntamientos han de gestionarse en Equipo, por lo que una cualidad imprescindible de la cabeza visible, es la de coordinar eficazmente a su Equipo, saber delegar (toda una teoría en Recursos Humanos), saber valorar las cualidades de cada miembro del Equipo y darle juego para que las desarrollo, hacer comprender a cada cual sus limitaciones y la importancia del objetivo del grupo por delante de los objetivos personales. En definitiva, deseo que las lideresas se convenzan de que se ha de gestionar en Equipo y que, el verdadero líder del Equipo ha de ser la tarea, el objetivo, la meta.

Hoy, en la toma de posesión, según me han dicho, Enrique Jiménez, del PP, el alcalde saliente, ha tenido que volver a dar la nota como hace cuatro años ya hizo. Ni en aquella ocasión quiso recibir la vara de mando del Alcalde saliente Francisco Abellán, ni en esta ocasión ha querido entregar la vara a la nueva Alcaldesa Juana Guardiola. No es necesario sembrar tan malos modales, los jumillanos no nos merecemos recibir tan malos ejemplos de quien deben ser personas que se ganen el respeto de todos. Quien no esté preparado para estar en la vida política, debe irse a su casa, callando, sin ruido, con humildad.
Por el contrario, Juana Guardiola ha hecho un discurso fantástico, de acogimiento a todos, de superar las diferencias, de dar ejemplo de respeto, de buscar consensos. No se puede pedir mejor comienzo.

Finalmente, señalar que los mayores “recursos” de los que va a disponer esta Corporación en los próximos cuatro años van a ser: la transparencia, la sinceridad, la honradez y nobleza de sus dirigentes, la participación ciudadana en las grandes decisiones, la confianza en los ciudadanos, la disponibilidad para atender sus problemas y colaborar en la solución de los mismos. Dicho de otra forma: dinero no hay mucho, se diga lo que se diga, y los ingresos serán escasos, por lo que la gestión habrá de ser impecablemente eficiente y sin engaños a los ciudadanos. A partir de ahí, todo el mundo comprenderá las medidas que se hayan tenido que tomar. Medidas tomadas con la gente, no de espaldas a la gente, ni mucho menos contra la gente. Lo cual no será óbice para que aquel que esté descontento manifieste su rechazo, pero que jamás se queje de que no se le ha oído su propuesta.

Dicho lo cual: mucha suerte, muchas ganas, y mucha humildad para gobernar.
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Cuánto meabonico tenemos 12 jun 2015 11:51 Placido Guardiola

Una sociedad anquilosada «Los Meabonicos y la esclerosis jumillana»
Mear bonito

Hace ya seis años bajo el seudónimo de Legolas escribí en este blog varias entradas sobre las tipologías humanas y los nombres con los que el acerbo cultural jumillano las terminó bautizando. Especialmente hay una de ellas que desde siempre me obsesiona por su abundancia y fascina por el acierto con la que nuestros mayores la bautizaron, me refiero a los «Meabonicos».
Sobre estos personajes les recomiendo especialmente dos viejos artículos de febrero de 2009: En el primero de ellos,. "Meabonicos o culos de Mal asiento" cuento la necesidad que todo organismo social tiene de albergar cierto grado de anomia o conducta desviada que se sale de la norma; en el segundo, publicado publicado días mas tarde bajo el título de: Los «Meabonicos» y sus tipologías describía algunos de los subtipos que cabe clasificar en dicha tipología.
Por deformación profesional soy consciente que en toda sociedad se requiere y necesita todo tipo de tipologías humanas con sus conductas aun cuando estas resulten desviadas o pudieran parecernos contrarias al beneficio común. Todas las conductas, los caracteres de las personas, incluidas aquellas que, a primera vista, nos pueden parecer contrarias a los fines sociales, desviadas o anómicas cumplen alguna misión que contribuye a la adaptación y desarrollo de esa comunidad social. El problema estriba en que cuando alguna de estas conductas desviadas sobrepasa un determinado límite, comienza a convertirse no en necesaria sino en un obstáculo que impide a esa sociedad evolucionar y adaptarse a los retos que se le plantean.
En el caso de Jumilla es que tenemos un exceso de «Meabonicos», es decir, sobrepasamos el porcentaje necesario para que su presencia cumpla los fines y beneficios que aporta a la necesaria estabilidad social. Tal abundancia de «Meabonicos» con el comportamientos propio que les caracteriza: no comprometerse con ninguna causa, ni emitir una palabra más alta que otra por no molestar, sólo alagan o estiran chaquetas, son tan modosos, tan cumplidos que no tosen por no hacer ruido... que ha conseguido esclerotizar nuestra sociedad. La sociedad jumillana no es que sea conservadora, situada en el cauto y prevengo, es que está fosilizada, adormecida, anquilosada y ensimismada mirándose de continuo su bonito ombligo. Si esto es así, no le quepa duda alguna que se debe al exceso de «Meabonicos» que hay entre sus miembros.
Como el «Meabonico» vive empeñado constantemente en dejar limpia e intachable su inmaculada imagen, pone excesivo celo en evidenciar o criticar a cualquiera que se salga de su estrecho proceder o del canon más aceptado, consiguiendo al fin que otros muchos terminen adoptando su modélico proceder.
El «Meabonico» mea tan fino, tan recto, tan bien y bonito que no da lugar a que ninguna gota salga fuera del trasto. Bueno, yo creo que mean tan recto, bello y fino que por mear, ni mean siquiera. Por ello les será fácil entender el que uno que, tiene que mear sentado para no desparramar su micción, termine por tomarles algo de inquina.
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