Se acabó el folklore 30 may 2013 17:13 Placido Guardiola

«A ver por dónde nos salen ahora»

Bruselas parece estar alta de los timoratas medidas que el cauteloso Gobierno de Rajoy va dando a sus exigencias y parece que pone fecha a lo que considera cuestiones insoslayables. De ahí que haya puesto fecha tope a las medidas que le está pidiendo al gobierno de nuestra Nación. El calendario queda como sigue:

• «Reforma de las pensiones» En definitiva nos piden bajar su importe y alargar la vida de jubilación en la medida que aumenta la esperanza de vida (Fijan el límite en Marzo 2014)
• «Disminución del Gasto Público » Mejorar la eficiencia en todas las administraciones públicas disminuyendo el gasto (Para finales de este año).
• «Reforma Laboral» Evaluación de la efectividad y mejorar la reciente Reforma laboral (Para Septiembre de este año).
• «Reforma Fiscal» Eliminar el IVA reducido y algunas deducciones fiscales como los planes de pensiones (Marzo de 2014).
• «Unidad de Mercado » Poner fin a las normativas autonómicas que rompen la unidad de mercado y un tratamiento homogéneo (Para finales de este año).

Ante este toque final de Bruselas cabe preguntarse cómo abordará el Gobierno dichas exigencias, especialmente aquellas que afectan directamente a las clases trabajadoras como la Reforma Laboral . También aquellas que afectan a los tres millones de funcionarios y que componen el grueso del gasto de las Administraciones públicas. Terminará Rajoy con los asesores, cargos de confianza, administraciones duplicadas, Gin tonics a 3 euros en el bar del Congreso, etc, etc… O, por el contrario, hará como hasta ahora: «meter mano al sueldo de los funcionarios y seguir recortando en servicios básicos».
Si quiere cumplir con lo que le pide Bruselas debería comenzar a pensar que la estructura de Estado que nos hemos dado está sobre-dimensionada, que las autonomías no se sostienen y las prebendas de la clase política tampoco.
Sin embargo, los gallegos son imprevisibles en sus respuestas y, nuestra clase política, está acostumbrada a hacer oídos sordos y, al final, aquí terminamos pagando los de siempre.
Pero resulta que, los de siempre, empezamos a estar hasta las narices.